¿Te unes o no?

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Paradigma de beldad.
Por: Vampisan86.
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Capítulo II.
¿Te unes o no?
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Sintiéndose algo desorientado, Vegeta despertó. Por unos instantes parpadeó para tratar de ubicar el sitio donde se encontraba pues parecía una especie de ala médica. Le tomó unos minutos recordar qué había sucedido, cuando lo hizo bufó.

Una persona normal después de haber sido atacada y desmayarse por lo mismo, esperaría que la parte que la agredió estuviese cerca cuando volviera a la consciencia y le pidiera perdón, no obstante, cuando recordó quién le había dejado en aquel estado determinó que no se esperaba menos de ella.

Se levantó de la cama y se sentó, llevándose una mano a su frente para cerciorarse que no tuviera heridas, error, tal parecía que el golpe le causó una lesión porque si no no se explicaba porque tenía aquella parte vendada. Además, le dolía la cabeza, mucho.

Miró el reloj sobre la puerta blanca solo para comprobar que había estado indispuesto unas cinco horas. Joder, no solo es vulgar también es agresiva, pensó con el ceño fruncido.

Antes de que se incorporará por completo, la puerta se abrió revelando a la heredera de pie frente a él. Al menos parecía en mejor estado, se había duchado y vestido. Nadie creería que hubiese estado llorando hace un rato. Internamente se alegró por eso pero no se lo diría. Él por supuesto estaba enfadado y ella no parecía una persona arrepentida. Le molestó más que le sonriera como si nada, pero se lo pensó mejor y tenía que admitir que en parte se lo merecía, mira que ir y restregarle aquel estúpido plan, insultándola de paso, ah y como si no fuera suficiente: Hacerlo en el mismo día que la bomba estalló.

En retrospectiva, Vegeta se lo había buscado. Claramente era algo que tampoco le diría.

Bulma parpadeó, estaba sumamente avergonzada pero había decidido no disculparse con aquel engreído. Bastante hizo con brindarle ayuda médica, que se conformara. Aunque, debía admitir que en cierto modo aquel golpe le hizo desestresarse un poco, y lo volvería a hacer si se diera el caso. Sonrió de lado como la viva imagen de la inocencia y pureza y se ganó una mirada de reproche por parte del hombre, su sonrisa se amplió.

Se acercó a él y le gustó que tuviera la decencia de mostrarse cauteloso, como si temiera otro golpe que lo dejara inconsciente de imprevisto. Extendió su mano para tocarle la frente. Vegeta se quedó rígido por la cercanía y el tacto, si Bulma no hubiera estado sumida en sus pensamientos tal vez se habría percatado del sonrojo en el muchacho.

—Bueno, aparentemente no tienes fiebre —murmuró Bulma, alejándose.

—Gracias por el diagnóstico, estaba en una angustia por saber —contestó con ironía.

Bulma cruzó los brazos y enarcó su fina ceja, ignorando el comentario anterior: —Eso me habría explicado tu estupidez de hace rato, lo habría categorizado como delirio pero veo que no. Al parecer ser idiota es tu talento.

Vegeta abrió los labios en sorpresa por tanto insulto en tan poco tiempo.

—Eres una mujer muy grosera y como gritas —se quejó negando con la cabeza.

— ¿En serio? Pues gracias —replicó ella

—No era un cumplido, mujer vulgar.

Bulma le fulminó antes de añadir: — ¿Qué es un cumplido para ti, mono arrogante? ¿Venir a mi casa, entrar a mi alcoba, decirme que soy fea y que me ayudarás a verme hermosa solo porque tu amigo fue a llorarle a Goku? No, pues disculpe usted majestad por semejante falta de educación ante tan gentil propuesta.

Paradigma de beldadWhere stories live. Discover now