¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
← Scarlett Jones →
Justo frente a mi estaba el, después de esperar varios minutos su llegada, por fin está aquí, y como? No lo sé tal vez un llamado del destino? Pero el llegó como su supiera que lo estuve esperando, como si leyera mi mente. Se mostró con una sonrisa de lado, y luego se sentó en la acera junto a mi.
- hola -sonreí- te estuve esperando
El volteó su mirada hacia mi cautelosamente, sus ojos fácilmente me comunicaban tristeza, desesperación, pero porque?, Las palabras no salían de su boca simplemente quiso sonreír fingidamente y volvió a voltear su mirada.
- te encuentras bien? Espero que sí, yo realmente no estoy completamente bien, sin embargo...
- tienes cigarros, marihuana, cualquier cosa? -pregunto ignorando todo lo que dije antes-
El hecho de que me haya interrumpido no me importo en lo absoluto, lo más relevante fue su pregunta, acaso por eso había ese obvio desespero en su mirada? No entiendo, todavía no desifro que es lo que pasa con este chico.
- que? -quise repetir-
-solto un suspiro de cansancio- se que me escuchaste Jones
Oh recuerda mi apellido, no es nada relevante en este caso pero me agrada saber eso.
- si lo hice -pause- pero porque lo preguntas?
- porque quiero fumar, no es obvio?
Hubo unos cuantos segundos de silencio entre nosotros, pero quise ayudarlo, después de todo yo era la que lo estaba buscando.
- puedes buscar entre aquellas cajetillas vacías, puedes estar de buena suerte y te encuentras un cigarro
- si claro, suerte -murmuro por lo bajo, mientras se acercaba a esos desechos que prácticamente conformaban la mayoría del callejón-
El busco por varios minutos, y yo me sorprendía de su habilidad para querer tanto algo, hasta que no lo encuentra no se rinde.
- eureka! -dijo sonriendo, con un cigarro en su mano-
- que pasa? Luego tú no tenías tus cigarros? -mi curiosidad es de otro mundo, siempre hago preguntas tan imprudentes-
Probablemente el me diría que no era mi asunto y que dejara de hacer tantas preguntas, pero no sorprendentemente, me respondió de otra forma.
