CAPÍTULO 6.
LA F1.
- Te invitamos a nuestro primer entrenamiento. - escuché la voz de Aaron a mis espaldas mientras rebuscaba en mi taquilla.
- ¿Por qué crees que me apetece ir a veros entrenar? - pregunté sin girarme para mirarlo.
Estamos a miércoles y mucho antes de que Aaron me recordara lo de su entrenamiento, yo ya lo había tenido muy presente desde que ayer, durante todas las clases y momentos en los que había coincidido con los chicos, él no había parado de repetirlo como el pesado que era. Se encontraba realmente emocionado y eufórico por empezar, ya que, por lo que me había estado explicando, para él el rugby era mucho más que un simple deporte o pasatiempo.
- Pues porque estoy muy bueno y sudadito y sin camiseta gano muchos puntos. - reflexió, ocasionando que Sean a mi lado, también centrando en guardar unos libros en su taquilla, riera.
- Prefiero irme a mi casa a comer y ver una serie. - respondí, esta vez mirandolo a los ojos. Puso una mueca que me hizo reir. - ¿Qué? - sonreí. - Es un mejor plan, no quiero quedarme más horas en el instituto si puedo estar en mi casa.
- Que sepas que estoy sintiendo una daga atravesar ahora mismo mi corazón ante tus hirientes palabras. - dramatizó, llevándose la mano al pecho. En el poco tiempo conociéndolo, ya me había percatado de lo mucho que le gustaba exagerar y dramatizar todo.
- No seas teatral, anda. - me crucé de brazos, recostando mi espalda en las taquillas. - Vendeme tu oferta, quizás consigues que acceda. Aunque lo tienes complicado. - añadí.
- Un reto. Me gustan los retos. - sonrió. - Dame unos minutos para pensar.
- Mejor dale un par de horas, que hasta que su cerebro se ponga en marcha tarda un rato. - murmuró Sean, consiguiendo una mala mirada por parte de Aaron. - ¿La siguiente hora es matemáticas, verdad?
- Creo que sí. - saqué mi móvil para comprobar el horario. - Efectivamente, con el señor Sylvester.
- Genial. - sonrió.
- ¿Genial? - exclamó Aaron. - No tienes criterio alguno. - bufó.
- Tu centrate en lo tuyo.
- Oye, a mi me gustan las matemáticas. - me quejé.
- Obviamente, todas las guapas son listas. - respondió Aaron. - Es por ley. - aclaró.
- Si, la ley de un zoquete como tú. - dijo Sean, dándole un pequeño golpe con su puño en el brazo.
- Hey, muchachote, ¿qué quieres pelea, eh?
Aaron alzó sus puños divertido mientras Sean hacía lo mismo, comenzando una especie de enfrentamiento donde apenas se rozaban. Rodé los ojos. Por el pasillo percibí a Liam y Aiden acercándose.
- ¿Ya te han aburrido? - me preguntó Liam con una sonrisa cuando llegaron a donde estábamos, viendo como Aaron y Sean seguían a lo suyo.
- Bastante. - admití, divertida.
- Me pasa constantemente. - murmuró Aiden, mirando la pantalla del móvil. Chasqueó la lengua algo molesto antes de volver a guardarlo en el bolsillo.
- ¿Ocurre algo? - pregunté al ver como suspiraba con cansancio. Sus ojos parecían apagados.
- Gilipolleces de mi padre. - dijo, apoyándose al lado mio en las taquillas.
- ¿No te llevas bien con él?
- No. - respondió monosílabo mente, cambiando rápidamente de tema. - ¿Por qué se supone que están haciendo una función de circo esos dos?
BINABASA MO ANG
Afrodita🌼
Teen Fiction"- Si, somos nuevos aquí. Yo soy Aiden. - contestó uno de los cuatro. Tenía el pelo color blanco ceniza y unos ojos verdosos muy claros. - Yo soy Liam, encantado de conoceros. - habló otro de ellos. Un chico de cabello castaño claro y ojos color mi...