8.1

3.1K 245 24
                                    

P.O.V Número Ocho

Abrace la almohada apretándola más a mi, sintiéndola tan cálida y cómoda. Quise seguir durmiendo, pero un quejido de dolor me alerto al instante recordando lo que sucedía realmente y caer en la realidad.

Oh mierda.

Me puse de pie rápidamente, ocasionando que mi cabeza doliera por tal impacto y que mi vista cayera a un niño de ojos verdes sonriéndome con falsa inocencia.

―¿Que pasa Número ocho?

Trague saliva nerviosa y lo único que hice fue irme de su habitación rápidamente al no poder decirle algo.

Me recosté sobre la puerta al cerrarla y solté un suspiro.

Había amanecido con Cinco después de varios años y ahora todo era diferente, no sabia que hacer y escaparme de su habitación con las greñas alborotadas era la solución para calmar mis nervios.

¿Que se suponía que tenia que hacer?

Vi a Klaus pasar por el pasillo con una campana en su mano. Al verme, se detuvo y me sonrió.

―Buenos días, hermana ―saludo y me mostró su campana―. ¿Me acompañas a levantar a Luther? Ayer se emborracho y creo que... ―se detuvo, me miro de pies a cabeza atónico abriendo la boca en grande― Oh.

Fruncí el ceño por su extraña actitud y me frote los ojos.

―¿Estas bien, Klaus? ―le pregunte. 

―No lo puedo creer ―sonrió ampliamente y soltó un par de carcajadas―. ¡Te acostaste con Cinco!

Ahora era mi turno de abrir la boca en grande por lo acababa de decir.

―¿Qué? ¡No! ―exclame y sentí mis mejillas ruborizadas― ¿Estas demente?

―Te acabo de ver saliendo de su habitación ―canturreo divertido.

―Klaus no es lo que parece... ―trate de explicar cuando puso una mano sobre mi hombro interrumpiéndome.

―Tranquila, ____ ―volvió a sonreír―. Se que tu y Cinco necesitaban tener relaciones para quitarse toda esa tención que tenían ―aparto su mano de mi hombro y comenzó a caminar por el pasillo.

Lo seguí para explicarle que no me había acostado con Cinco.

―Klaus yo no... ―trate de hablar pero el sonido de la campana no me dejaba.

―¡Arriba! ¡Vamos! Ya es de día... ―gritaba Klaus moviendo la campana de un lado a otro― Oh ahí estás ―le dijo a Luther que salía de su habitación con una sabana alrededor sus caderas, revelando su torso peludo ―Alguien desapareció anoche. ¿Que travesura estuviste haciendo? ―Klaus y yo miramos sobre su hombro con curiosidad.

―Ninguna ―contestó.

―¿No? Le pregunto a ella ―Klaus miro a la chica que se encontraba en la cama de Luther― Hola.

Alce una ceja. Allison no le gustara esto.

Luther cerró la puerta de su habitación para que dejáramos de ver.

―Ay no seas tímido fortachón. ¡Tu y _____ lo necesitaban! ―exclamó. Luther Frunció el ceño y sentí que en cualquier momento me tiraría sobre Klaus y le daría varios golpes en su rostro―. No hay tantas chicas en la luna ―siguió hablando―. Tenías mucha presión, al igual que _____ y Cinco por eso ambos hicieron de las suyas esta noche.

Rodé los ojos.

―Klaus ya basta ―lo paro Luther.

Klaus abrió la boca sorprendido y sonrió.

Número Cinco - Apocalypse [] Cinco & TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora