twenty-four

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—Tal parece ser que nos subestimó, lady Irasue —Yukiro bajó hacia el lugar en donde ella se encontraba encerrada. La nombrada ni se inmutó ante su comentario—. Y bien, ¿ha cambiado de opinión?

—¿Debía de hacerlo? —se mofó.

—Maldita —insultó—. Por cierto, alguien desea verla.

No mostró expresión alguna, pero la duda incrementó en la demonesa. ¿Quién querría verla a estas alturas de la situación?

Se escucharon pasos que provenían desde arriba. Alguna persona se encontraba bajando las escaleras para llegar a donde ellos dos estaban, visualizó unos pies hasta que finalmente se dio a conocer aquella entidad que deseaba verla. Sus ojos se abrieron tanto como le permitían al reconocer a ese alguien que el castaño le había mencionado. Jamás imaginó verlo otra vez, no después de que Toga le hubiese puesto un alto defitivo a base de una pelea.

—Satsujin —habló la fémina sin perder su porte.

Un demonio de cabellera azabache, larga recogida en una coleta baja y ojos morados, sin marca alguna en el rostro, esta entidad al contrario de la mayoría de los de su raza, portaba un pequeño rayo en su cuello como marca de nacimiento; usaba ropajes extravagantes y elegantes, digno de ser alguien de alto rango.

—Ha pasado mucho tiempo, ¿no lo crees, Irasue? —habló—. Yo diría desde que Toga me venció en aquella pelea donde estaba en juego tu mano.

Poco después, Raiden bajó al lugar. El actual líder del clan del cielo y Satsujin se parecían demasiado, además de que el de ojos azules desprendía casi el mismo olor que el mayor. Con eso, Irasue pudo concluir que se trataban de padre e hijo, lo que le sorprendió un poco. Así que al final, se había juntado con alguien más, aunque no podía adivinar quién, y tampoco es como si le interesara.

—De todos modos, tuviste descendencia que era lo que a ti te preocupaba —concluyó, sentándose en un asiento que había ahí adentro—, y conociéndote, sé que no fue con cualquiera, tú no podrías haberte permitido tener a alguien débil como hijo. Y bien, ¿querías verme? ¿Puedo ayudarte en algo? Aunque como podrás ver, no estoy en las mejores condiciones para brindarte ayuda.

—¡Déjate de estupideces! —exclamó el de ojos morados. Se había exaltado, lo que llegó a asustar un poco a Raiden y Yukiro.

Irasue no lo demostraba, pero por dentro, estaba aterrorizada.

Satsujin, quien era padre de Raiden, por claras razones, alguna vez se trató del líder del clan del cielo hace demasiados siglos atrás, desde muchísimo antes de que Sesshomaru naciera. Irasue en ese entonces vivía tranquilamente en su palacio en compañía de sus hermanos y padres, y al ser la mayor, su progenitora insistía demasiado en que ella contrajera matrimonio pronto, cosa que ella no quería.

Siempre evitó relacionarse con algún demonio varón para enfocarse mejor en su entrenamiento en compañía de su padre, fue así como se volvió increíblemente poderosa y su reputación aumentó, no solo para que fuese respetada por todos los de su misma raza, sino que había comenzado a ser deseada por todos los hombres. Varios querían pedirle su mano para solo tener descendientes, pero Irasue no estaba interesada en ello.

Un día en una asamblea entre todos los clanes, fue cuando conoció tanto a Satsujin como a Toga. El primero era demasiado popular entre las demonesas, él y el actual difunto ex líder del clan del sol que su nombre era Narumi. Dos que estaban destinados a ser líderes, lo que aumentó el interés por parte del género femenino en aquel entonces.

Mientras tanto, el segundo no era tan tomado en cuenta porque solo formaba parte del clan del cielo y nadie sabía de lo que era capaz de hacer en el campo de batalla.

Un Amor del Pasado (InuYasha) | Sesshomaru × Tú | TERMINADA Where stories live. Discover now