-Asi no vas a poder, demonio inútil.

Se volteó rápidamente, encontrandose con el ángel que lo miraba divertido.

-Vas a necesitar un poco más de... -se acercó a él por detrás y le susurró al oido- energía... para romper esas cadenas... -lo agarró del cuello, entrelazando sus blancos dedos por su cabello oscuro, mientras este lo miraba con rabia. 

Había algo extraño, sentía sus pupilas dilatadas, era refrescante la sensación de ser frotado suavemente, pero no lograba aceptarlo, no podía disfrutar nada proviniente de ese ángel.

-¿No tienes algo de... calor?

Mientras seguia entrelazando sus dedos en su cabello, deslizó su otra mano por los botones de su frac quitándolos con insinuación. Mientras más nublados tenía sus pensamientos por el contacto, un poco más acelerada era su respiración aunque no la necesitase. Abrió la boca ligeramente, empezando a respirar por ella, dejando visibles los colmillos que habían surgido. Ash contemplaba ese blanco brillo natural, revelador de el afloramiento de sus instintos.

-Bien... Sebastian.

Fue al frente del demonio y dio pasos hacia la pared que tenía detrás, halándolo suavemente del cabello y el cuello de su frac, aunque él daba involuntariamente pasos hacia el ángel, sintiendo un poco más el deseo de tenerlo cerca.

Ash se colocó una muñequera y agarrando la otra se la mostró a Sebastian.

-Vamos, pónla...

Lo miró a los ojos, su dilatación había aumentado, eso era bueno para él, la sustancia que había colocado en el pañuelo estaba surtiendo efecto. Sebastian se acercó y le colocó la muñequera, obviamente ya casi no tenía conciencia de sus actos, luego debatió un poco en acercarse a el ángel, aunque lo hizo. Rozó su nariz contra su cuello y se aferró a su traje blanco, Ash podía sentir su aliento recorrerlo haciendo presente el placer en él. El demonio empezó a saborearlo y dar suaves mordiscos a su cuello, mientras que con sus ahora visibles garras empezaba a desgarrar el traje que resguardaba la pureza del ángel. Esos mordiscos fueron bajando hacia su torso, donde rozaba con sus colmillos y daba mosdiscos atinados en las puntas, mientras apretaba un poco su muñeca izquierda con la mano contraria-- a-ah... --Ash soltó un leve gemido, estaba empezando a sentir más deseo por aquel demonio.

Este pasó su otra mano por su miembro aún cubierto apretándolo lentamente como si de una pelota de goma se tratara-- n-ngh... ha... ha... --empezó a quitarle el pantalón junto con la otra tela, ya que de los zapatos ya se habían encargado, y una vez fuera subió sus manos a las muñecas aprisionadas del ángel, le mordió el hombro a la vez que haló de sus muñecas hacia abajo rompiendo sus cadenas y haciéndolo sangrar tanto de ellas como del hombro-- ¡Ahg! --el ángel se separó de él dejando de dar la espalda a la pared, un poco asustado por la fuerza que estaba recuperando, pero no pudo seguir huyendo, el demonio rompió la cadena que lo limitaba abalanzándose encima de el, este observó los ojos del demonio, amenazaban con otro brillo, faltaba poco para que llegase a su tono rosáceo. Sebastian se quitó el pantalón rápidamente junto con su otra prenda, aprisionó sus muñecas con una mano mientras con la otra torturaba sin conciencia el miembro del ángel y su boca daba mordiscos desesperados en su cuello, tan sólo bastó una gota de sangre  salir de este para que llegara a su estado crítico.

Sonrió ladinamente y se separó viendo el ruborizado y agitado rostro de la criatura que se podíra dejar de decir ángel, agarró el collar metálico que aún llevaba en el cuello y haló de él , haciéndole sangrar un poco, tiró el estorbo.

Los ojos que observaba Ash eran ya rosáceos junto con fucsia, pero el detalle era que la pupila ya no podía estar más dilatada que la de un gato en la oscuridad, estaba completamente ausente, y si hubiera que disfrutar lo que viniese, sería rápido. Sebastian agarró fuertemente el brazo de el ángel ladeándolo un poco e introduciendose de golpe, lo que arrancó de Ash un sonoro gemido, haciendo que este jadeara del placer inconcientemente, daba fuertes y rápidas embestidas, no lo controlaba, el instinto que había despertado Ash guardaba siglos de ser insaciado debidamente por las almas incompetentes-- A-aléjate... --dio un susurro débil interrumpido por algunos gemidos-- ¡Déjame!... --el demonio mordió su hombro, haciendo que el ángel se corriera y seguido de eso el cuerpo de el demonio dentro de él, ya no podía aguantar su conciencia, había pasado los límites-- ¡SUÉLTAME DEMONIO! --abrió sus alas con fuerza, tirando al demonio contra la pared que aún tenía las cadenas rotas y colgantes, moviendose por el impacto.

El demonio había quedado de nuevo en el estado en que fue llevado ahí.

Ash se sentó respirando agitadamente, pero lo que más le asustaba y llenaba de incredulidad su rostro no era el hecho de que lo hubiesen tocado de esa manera, sino que se sentía saciado, por aquel tacto, por aquella fuerza, por aquel demonio.

.

.

Se alejó de aquel bosque, ya no querría verlo de ninguna forma durante bastante tiempo.

-¡Señor Sebastian ! ... ¡Lo encontré, lo encontré!

Finnian se fue corriendo entre los árboles para avisar a los demás, él recién empezaba a abrir sus ojos, se encontraba sentado en un árbol rodeado de arbustos, todo su traje estaba completamemte maltratado y descolocado, se tomó la cabeza con un gesto de dolor, no comprendiendo que hacía alli, sintió que algo subía por su garganta tapándose inmediatamente la boca pero sin poder remediarlo.

-¿Sebastian?-

A unos pocos metros se encontraba Ciel, quien se detuvo al ver como su mayordomo soltaba transparencia de su boca, luego apoyándose en una mano contra el suelo respirando agitadamente tratando de retomar el aire. Se acercaron alarmados y haciéndole muchas preguntas, el no sabía absolutamente nada sobre lo que le había pasado.

Jamás tendría ese recuerdo.

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L-listo... *tirada en el piso con una almohada en la cara manchada de rojo por el desangro* pueden votar y... COMENTAR... gracias por leer... comenten lo que deseen menos insultos... les deseo transfusiones de sangre... me despido... *levanta su puño y se deja caer en la amohada medio morida*

Kuroshitsuji: ¿Tentación al cielo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora