Su cuello se arqueó para liberar más espacio para que él la besara, y su cuerpo se inclinó sobre el de ella, piel con piel mientras murmuraba. -Mi Amelie.-

Ella jadeó ante eso, ante su mano en la línea de la mandíbula y sus constantes besos en su cuello.

-Mía. -Susurró, casi como si se lo dijera a sí mismo, y luego se apartó de ella, dejándola con el aliento atascado en la parte posterior de la garganta mientras cerraba la puerta del baño detrás de él.

Los ojos de Amelie se pusieron en blanco ante su extraño comportamiento, pero sabía que si se quedaba con ella en la cama, solo por un segundo más, no podría irse.

Ella dio vueltas y vueltas mientras esperaba que él terminara, que saliera y la besara como siempre lo hacía antes de irse. Amelie comprendió que esto tenía algo que ver con Teddy y con lo que le había pedido a Draco hace dos días.

Necesitaba que averiguara todo lo que pudiera sobre el padre de Theodore y lo que podían hacer para ayudarlo antes de que fuera demasiado tarde. Draco ni siquiera dudó en ayudar a su amigo, o ahora, a su amigo. Estaba feliz, complacida con el hecho de que los dos chicos más importantes de su vida se llevaran bien.

-Regresaré en unas horas. -La voz de Draco hizo que su reloj saliera de los pensamientos que tenía, y sus ojos parpadearon hacia el alto, rubio, de pie frente a ella, al borde de la cama con su traje negro.

-¿Es Teddy?. -Le preguntó Amelie, sorprendentemente, y apretó ligeramente la mandíbula ante la pregunta. No quería admitirlo mientras se inclinaba incómodamente sobre ella. -Dime si es su padre, Draco.-

Su mano ahuecó la parte posterior de su cabeza mientras se inclinaba más cerca, y besó su frente, apoyando la suya contra ella después.

-Lo es. -Draco tragó antes de retroceder. Sus ojos parpadearon sobre ella, hambrientos.

-Gracias. -Su sonrisa hizo que sus venas se enrojecieran con calidez, y él asintió con la cabeza. -¿Te veré más tarde entonces?. -Su muslo expuesto llamó su atención en un santiamén.

-Joder ... -gimió Draco, una vez más inclinándose más cerca de ella, y con la palma de su mano apoyada en su mandíbula, sus labios coincidieron con los de ella.

La besó suavemente. -Volveré pronto. -la nariz de Draco acarició la de ella. -Solo ... no te muevas.-

El rubio se apartó, con fuerza y ​​se dio la vuelta para mirarla desde la puerta. -¿Está bien?. -Él arqueó una ceja mientras ella asintió tímidamente.

-No te muevas.-

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Amelie se quedó en su cama, mirando al techo, jugueteando con el brazalete que todavía tenía encerrado alrededor de su muñeca, pero las horas seguían pasando sin ningún signo de que Draco hubiera regresado.

Finalmente tuvo suficiente de esperar mientras se levantaba de la cama y se vestía para ver qué estaba haciendo Teddy. Amelie aún no había podido hablar con él sobre la carta que su padre le había enviado.

Ella no quería molestarlo ayer. Ella no deseaba presionarlo. En cualquier otro caso, habría acudido a ella. Theodore le habría contado todo sobre la carta, pero, extrañamente, no lo hizo.

Incluso no se lo mencionó.

Sus nudillos chocaron con su puerta mientras la empujaba lentamente para abrirla. -Teddy.... -Amelie trató de susurrar. -Teddy, ¿estás aquí?.-

-Lo estoy. -salió del baño, con el hombro apoyado contra el borde del poste de la puerta y el pecho expuesto. -¿Qué puedo hacer por ti?. -Murmuró Theo mientras se ajustaba la toalla alrededor de las caderas.

Cursed; Draco Malfoy |Traducción|Where stories live. Discover now