Possessive Brothers ღ NoRenMin

Final

Injun caminaba de un lado a otro en la Sala de emergencias del veterinario. Chenle lo miraba aún con sus ojos de un potente color esmeralda, alerta a cada pequeño sonido, persona que pasase o quejido que soltase Injun.

— Chenle — alzó de inmediato la mirada encontrándose con la preocupada del menor — ¿No hay forma de que sepas dónde están mis hermanos?

El peligris negó, no podía dejar al menor solo — Jeno me dijo q-

— ¡Sé lo que te dijo! — Injun cubrió su rostro con frustración.

Chenle suspiró y se levantó de su asiento al ver al veterinario que les atendió salir por la puerta.

— Estará mejor — Injun suspiró aliviado — No sé qué le causó sus heridas pero traten de mantenerlo lejos de objetos filosos o emociones fuertes.

El pelirrojo le sonrió al doctor y éste le dejó pasar a la sala de observación. Moomin dormía plácidamente en su pequeña camilla, haciendo que lágrimas de Injun mojasen su mejillas y Chenle lo mirase con preocupación.

— Injun...

— Adopté a Moomin porque quería sentir y demostrar que yo también podía protegerlo — suspiró — Que sin necesidad de habilidades especiales yo podía hacer algo por alguien... — sonrió, con gotas saladas delineando sus labios — Jeno y Jaemin usualmente están detrás de mí, cuidándome, evitando mis caídas o dándolas ellos por mí — se acercó al gato y dejó salir un pequeño quejido — En cambio con Moomin yo podría protegerlo. Sentí que podía — sollozó de forma lastimera — Pero a la primera que me despisté terminamos aquí, todo por culpa mía.

Chenle negó. Injun no podía echarse toda esa carga encima.

— Jamás podrías haber sabido que esa cosa vendría, que si quiera existiría o que te elegiría a ti — puso su mano en el hombro ajeno — Ni de lejos es culpa tuya. De hecho eres la víctima aquí.

Injun miró a Chenle hipando, éste se acercó y abrazó al menor, intentando darle una especie de refugio en sus brazos.

— Vamos a detener todo esto Renjun ¿Verdad, sabias que ese es tu nombre en chino? — sonrió al ver los ojos del menor iluminándose levemente ante su comentario — Bueno pequeño, todo saldrá bien, lo prometo — y el pelirrojo confió en las palabras del peligris.

— Necesitamos un plan — declaró, sorbiendo su nariz — Y creo tener uno.

Se separaron y se vieron a los ojos — ¿En serio?

— Verás, mi querido amigo...