Alex y Gia -La Magia de Wattpad- 🅒

Capítulo 21💗

— ¿Porqué escribí de Adwood? ¿porqué se hizo realidad todo?— inquiero a la señora de vestido naranja.

Ella espera un momento para responder mi pregunta.

—Adwood siempre los necesito y ustedes fueron elegidos para acabar con esta mentira que duró años—explica.

— ¿Porqué yo?

— Porque tú eres Gia. Sabiamos que harías lo posible para que Adwood saliera de ese hueco sin luz donde se encontraba. La verdadera reina de Adwood es Avil.

Suelto un escandaloso suspiro para hacer nuevamente la pregunta que hice en el principio: — ¿Porqué yo escribí sobre Adwood sin saber que existe?

Esa era una pregunta que me carcomia desde que estabamos en medio de la pelea contra Adwood, cuando ella me confirmó que Adwood sí existía.

Ella sonrió antes de responder, dudó un poco antes de soltarlo, pero lo hizo.

—Adwood es otra dimensión, un mundo paralelo que está ahora mismo en la vida real, sólo que nadie lo ve. Avil eres tú en ese lugar, Gia.— Explica.

Me quedo sin aliento.

Todo esto es confuso. Mientras yo estoy en casa, ¿también estoy en adwood sólo que no lo veo?
¿Otra dimensión?
¿Avil sabe que es yo de esa dimensión?
Eso quiere decir que, ¿Blake es Alex en Adwood?

—Tengo tantas preguntas. Por favor quiero saber...

—Lo siento Gia, pero esa respuesta te la daré en otra ocasión, es hora de despertar.

Su voz va desapareciendo poco a poco.

Abro los ojos y la luz del sol hace que una las cejas y parpadee varias veces para acostumbrarme a la fastidiosa luz.

Desperté.
Y ahora estoy en mi habitación de la nueva casa.

¿Fue todo un sueño?

La única forma de saberlo es buscando a Alex, o ver si Maddie o Dylan me reconocían.

Bajo rápido de la cama a buscar a Alex en su habitación, pero no lo encuentro. ¿Dónde está?

Lo busco por toda la casa y no lo encuentro. Que extraño...

Salgo al patio. Recuerdo que aquí fue donde llegamos a Adwood, quedé dormida por no sé cuanto tiempo a causa de una extraña planta.

— ¿También recuerdas eso? estuviste ahí, ¿cierto? — escucho la voz de Alex. Llevo la mirada donde le escuché. El se encuentra arrodillado viendo el gran arbol en el patio, justo dónde estaba la planta que me hizo dormir, recordando lo que yo también vi.

No era un sueño.

Maddie y Dylan aparecen corriendo a nosotros. Nos ven por un buen rato hasta que finalmente corren a abrazarnos.

Maddie me abraza fuerte y se ríe.

—Regresamos. Pero me gusto haber estado ahí con ustedes y saber que están bien.— dice en medio del abrazo.

Si tuviera la oportunidad de regresar a Adwood, regresaría y repetiria cada momento que estuve ahí.

(...)

—¿No te pasa que luego de regresar de un viaje, sientes un vacío en tu pecho? Como si te faltara algo...? — Cuestionó Alex a mi lado.

Bajo la mirada para encontrarme con Maddie y Dylan jugando fútbol en medio de la calle.

Me costó subir al tejado de la casa, pero no me arrepiento, desde aquí puedo ver el atardecer, es el mismo que apreciamos en Adwood, almenos eso me hace sentir que estoy allá.

—Cuando llegamos ahí quería regresar a casa, pero ahora... creo que siento que mismo vacío que tú— explico.

—Me gustaría regresar— confiesa.

Suelto un largo suspiro y veo a Maddie y Dylan nuevamente riendo e intentando ganar su juego.

Sonrío.

— ¡Chicos! Bajen de ahí y vengan a cenar.— grita mamá desde abajo.

Mamá y papá estaban en casa cuando desperté del sueño con la señora de vestido naranja, todo estaba tal y comolo dejaron cuando se fueron.

Maddie y Dylan entrar a casa, que por cierto, somos muy cercanos ahora, hoy pasaremos la noche viendo pelis.

— ¡Ya vamos mamá! — grito y veo la hora en mi teléfono: 8:24PM

— ¿Aún tienes esa extraña aplicación para escribir? — pregunta Alex señalando mi teléfono.

Uno mis cejas extrañada y asiento.

—La necesito.

— ¿Porqué? — pregunto.

—Quiero escribir una historia dónde los protagonistas seamos  Maddie y yo. Sé que se va a hacer realidad— Trata de tomar mi teléfono pero lo esquivo rápidamente.

—Estás loco, Alex.

—Dame ese teléfono Gia. Sé que es obvio que seré mejor escritor que tú.

—No.

—Si.

Me río y bajo rápidamente del tejado por la escalera y corro evitando que Alex tome mi teléfono.

No me arrepiento de haber llegado aquí, no me arrepiento de haber escrito Adwood. Más bien, siento que fui afortunada al hacer que mi historia se haga realidad, o a conocer a mi otra yo, al conocer a gente maravillosa. A tener la mejor aventura de mi vida.

Tal vez sea buena idea darle el teléfono a Alex para que escriba su propia aventura o una segunda parte de Adwood.

Porque sí, tal vez si escriba otra historia se haga realidad. Tal vez el final del mundo de Adwood no termina aquí.

FIN

AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
No puedo creer que este sea el final.

Dejaré el epílogo y luego la nota de escritora. :)