Capitulo 34

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Juliana POV.

Mi guisantito ya tenia tres años, había crecido en el paddock, más bien en el box del Heda Team viendo como su madre daba ordenes, al fin y al cabo seguía siendo The Commander aunque ahora fuera de la pista.

Me la llevaba a todos lados mientras Valentina trabajaba en la clínica móvil, por eso este momento se me hacìa más duro a mí que a la pequeña Macarena.

Estábamos en la puerta del parvulario, ella sonreía feliz porque iba a tener amigos de su edad, yo sonreía con tristeza porque desde que nació no había estado tanto tiempo separada de ella como lo iba a estar durante las horas que duraran las clases.

Valentina me abrazó por la espalda, susurrándome que todo iba a estar bien. Al final se salió con la suya de que nuestra hija estudiara en un colegio publico.

- ¿Te vas a poner a llorar?- Preguntó dándome la vuelta y secando mis lágrimas.

- No.- Respondí como una niña que tiene una pataleta.- Es que no sé que voy hacer tantas horas sin ella.

- A mí se me ocurren un par de cosas.- Murmuró con una sonrisa traviesa.

Ni siquiera entramos a casa, no pasamos más allá del garaje comunitario donde tuvimos sexo como un par de adolescentes en el coche, menos mal que compré uno espacioso. Sí, nos habíamos mudado a la ciudad, aunque conservábamos la otra casa para los fines de semana que no teníamos que trabajar.

Se abalanzó sobre mí, cuándo su espalda presionó el claxón, estallamos en carcajadas pero la mano hábil de mi mujer ya estaba recostando el respaldo de mi asiento.

- ¿Mejor?- Murmuró sobre mis labios con una sonrisa.

Y tanto. Ya le estaba desabrochando los pantalones y colando mi mano bajo su ropa interior.

- Mmm.- Gruñí acariciándola y hundiendo mis dedos en ella.- Val.

Jugó con mis labios a la vez que se movía sobre mí de esa forma prodigiosa que me volvía loca. Nuestras respiraciones agitadas y nuestros cuerpos calientes sudando habían empañado los cristales del coche.

Valentina se aferró al reposa cabezas mientras llegaba al orgasmo.

Una vez recobró el aliento salimos dando tumbos sin dejar de besarnos, golpeándonos con la puerta del ascensor mientras reíamos. Guardamos un momento la compostura al ver que salían unos vecinos y volvimos a reír, besarnos, sobarnos, una vez solas mientras llegábamos a nuestra planta...







El fin de semana fuimos a la casa del pueblo, Valentina estaba ultimando detalles mientras Macarena y yo recogíamos tomates del pequeño huerto.

- ¡Un bicho!- Gritó mi niña señalando una lagartija.

- Vamos a dejar que paseé tranquila.- Le expliqué.- ¿Vale?- Asintió con dulzura y morí de amor.






Valentina POV.

Estaba sentada en el jardín con mi café y la tablet, repasando los historiales de mis pacientes. No podía dejar de mirar sobre mis gafas de sol como jugaban en el jardín las dos mujeres de mi vida, mejor dicho las dos niñas, porque Juliana era como una niña grande.

- ¡Mama!- Gritó Juliana mientras le hacìa el avión a nuestra hija.

- ¡Mama!- Gritó Macarena con sus manos llenas de barro extendidas fingiendo que planeaba.

Y Juliana la acercó hasta que aquellas manos marrones se posaròn en mi blusa blanca y mi mujer lo rematò extendiéndome barro en la cara.

- Vamos hacerle una mascarilla exfoliante a tu madre.- Dijo entre risas mientras ambas me restregaban sus manos sucias por toda la cara.- Estas preciosa, amor.

Rider in love I (Juliantina)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum