Capitulo 12

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Valentina POV.

Para mi sorpresa Juliana se había tomado con muy buen humor la noticia de nuestras vacaciones, incluso se había puesto de fondo de pantalla la foto en la que me lanzaba al agua.

Estábamos en Spielberg, Austria.

Kevin vino a la clínica acompañado por su hermana.

- ¿Qué tal la fisioterapia, Kevin?- Le preguntè algo nerviosa por la mirada intensa de Juliana.

- Genial, estoy en plena forma.- Me respondió con entusiasmo.

- Pues no veo impedimento alguno, solo ten cuidado.- Le aconsejè.

- Gracias, Valen.- Estaba tremendamente feliz, entendía porque Juliana no quería quitarle esto.- Las próximas vacaciones deberías venir con nosotros, no sabes lo insoportable que estaba mi hermana, todo el día hablando de ti y...- Su hermana le tapò la boca.

- ¡Kevin!- Le reprendió la comandante.- Anda, déjanos solas.- Le pidió a su hermano con una sonrisa.

El chico asintió y salió, no sin antes insinuar que nos íbamos a besar, cuando el hizo lo propio con su mano.

- ¿Así que hablando de mí?- Intenté avergonzarla.

- Es un exagerado.- Dijo mientras se sentaba en la camilla.

- ¿Todo bien?- Preguntè preocupada, Juliana tenìa pánico a las camillas.

- Creo que tengo taquicardia o algo así.- Entrecerró los ojos y sè cogió el pecho como si le doliera.

- ¿O algo así?- Preguntè incrédula.

Estaba segura que aquello era mentira, que solo me quería tomar el pelo, pero aun así me puse el fonendoscopio, metí la campana por debajo de su camiseta hasta su pecho, tembló cuando sintió el metal tocar su piel.

- Que frío.- Sonrió.

- Ssssh.- Le ordenè silencio, no escuchaba nada raro, la mirè divertida.- Juliana yo no...- Me detuve al escuchar como su latido se aceleraba.

- Creo que te esta hablando.- Susurró.

- O que estas excitada.- Saquè mi linterna y con un rápido movimiento pasè la luz por delante de sus pupilas dilatadas.

- ¿Quieres comer conmigo?- Sonó desinteresada jugando con el borde de la sabana.- Negué.

- Saldré tarde, he de esperar a que terminen todos los entrenamientos.

- Te esperaré entonces.








La mañana fuè un no parar, hubo una caída con tres pilotos implicados.

Se me había hecho realmente tarde, seguramente Juliana ya habría comido, además no quería estar a solas con ella.

Salí de la clínica y estaba en la puerta esperando como prometió, cargada con una mochila.

- Venga vamos, que me muero de hambre.- Me apresuró.

- ¿Donde vamos?- Tenìa curiosidad ya que parecía que no me podía librar.

- Si te lo digo ya no es sorpresa.- Se justificó rodeándome los hombros.

- No habías dicho que lo fuera.- Pude sentirme como el centro de atención de todas las miradas.

- Pues lo es.- Me dijo soltándome para que pasara mi credencial por el lector al igual que ella.

Nos dirigíamos hacia el parking buscando un Range Rover Evoque gris, cada vez que nos acercábamos a uno Juliana apretaba el mando.

Rider in love I (Juliantina)Where stories live. Discover now