Me colé por su interior en una curva, arriesgando demasiado, haciéndole cambiar la trazada pero ya lo había adelantado y no me preocupaba ante la recta que aparecía ante mí. Abrí gas al máximo, el pequeño Valdes estaba lejos y me lo iba a poner difícil, pero yo tenìa más potencia y debería aprovecharla.

Recortando segundos en cada vuelta, llegando a su rueda trasera. Entramos a la vez en la ultima curva, ambos dando gas en busca de velocidad.

Entré un metro por delante de mi hermano, mi ultima carrera, mi ultima temporada, una victoria, mi décimo y ultimo titulo mundial.

Estaba dando la vuelta de honor, Kevin se puso a mi lado y ambos nos estrechamos la mano, me hizo un gesto como queriendo decir la próxima vez, pero ya no habría próxima vez para mí, le dejaría el honor de batirse a él solo contra todos estos guerreros.

Entré a pit line, los dueños del equipo me estaban felicitando, por fin el equipo oficial de la escudería volvía a ganar un mundial. Yo también estaba contenta porque los pilotos de mi equipo habían quedado en buenas posiciones, abracé a Kevin en cuanto lo vi aparecer, casi me arrebata el titulo. Pasé mi mano por su pelo, aunque ya no era mi pequeño, era un hombre y se había cortado sus adorables rizos rubios.

Andrea hacìa movimientos extraños con los brazos en busca de mi atención, me acerqué a ella.

- ¡Valen!- Me gritó mi jefa de mecánicos.

Mi mujer estaba en el hospital, se había puesto de parto, dejé a todos tirados y salí corriendo con Andrea, Erika nos esperaba en su Range Rover, de camino ya me había deshecho de los guantes.

Ni si quiera recogí el titulo, el mayor regalo, el mejor titulo estaba a punto de llegar a este mundo.

- ¡Erika, písale más! Yo te pago la multa pero, joder, ve más deprisa que pareces una abuela.- Le grité en una suplica.

Yo estaba detrás, Andrea tiraba de mis botas para sacarlas, me ayudó a a deshacerme del mono que estaba empapado por el sudor, estirando de las mangas y luego arrastrándolo, desnudándome mientras cada curva que cogía Erika nos hacìa desplazarnos de lado a lado.

- Esto ya no lo voy a necesitar nunca más.- Sentencie arrojando el mono y las botas por la ventanilla, hacìa el arcén.- ¿Y mi ropa?

- ¿Qué ropa?-Preguntó Andrea confusa.

- ¿No me habéis traído mi ropa ni mis cosas?- Pregunté molesta.

- ¡No!- Gritaròn las dos.

- ¡Pues para!- Grité.

Bajé semi-desnuda del coche y descalza, corrí por el arcén en busca de mis cosas, las recogí enfadada, volví corriendo al coche.

- ¡Venga, arranca!- Exigí.- Decirle a Kevin que me traiga mis cosas al hospital.

Andrea me ayudó a ponerme de nuevo el mono. Menos mal que mi jefa siempre llevaba tabaco preparado para mis momentos de estrés y pude fumar de camino al hospital, sería mi ultimo cigarro tambien.

Nos plantamos en el hospital, una enfermera me dijo que urgencias estaba al fondo pero yo no quería ir a urgencias quería ir a maternidad. Me acerqué a recepción, otra que pensaba que estaba buscando urgencias, al final me dijo que maternidad estaba en la primera planta.

Corrimos, parecía una loca corriendo con el mono y las botas que por cierto patinaban en el suelo encerado del hospital.

- ¿Valentina Carvajal?- Pregunté jadeando cuando llegué a maternidad.

Tras una mirada confusa la enfermera miró su listado.

- Habitación 213, pero ahora esta en el paritorio.

- ¿Y eso donde esta?- Pregunté exasperada.

- En la planta baja.

- Joder...- Espeté.

Y me eché nuevamente a la carrera, bajando a trompicones las escaleras, derrapando cada vez que giraba un pasillo, de no ser por Andrea y Erika me hubiera caído un par de veces al suelo.

Joder no me podía perder el nacimiento de mi primera hija.

- ¿Valentina Carvajal?- Pregunté sin aliento.

- ¿Quien es usted?- Aquél médico me mirò de arriba abajo.

- La madre de su hija.- Espera, eso parecía no tener sentido.- La otra madre del bebe que esta dando a luz.- ¿Mejor? No

- Es la mujer de Valentina.- Intervino Andrea.- Y Valentina es hija de Elena Carvajal, la directora, así que ya puedes ir abriendo la puerta.- Ordenó sorprendiéndonos.

- Esperen un segundo.- Desapareció tras una puerta.

- Ser jefa me ha enseñado que todo el mundo teme a los jefes.- Añadió divertida Andrea haciéndonos reír.

Funcionò, Elena saliò de la habitación.

- Juliana, cariño.- Me abrazó mi suegra.- Puedes pasar pero...- Me retuvo.- Si te mareas sal de inmediato porque aunque hayan médicos en la sala nadie te va a atender aunque estés en el suelo hasta que no haya nacido Maca.

Asentí y entré, palidecí al ver... algo redondo asomando por la vagina de mi mujer mientras ella gritaba, me estaba mareando así que mirè a la pared, de ese verde tan feo. Dí la vuelta a la sala hasta topar con la cama y ver a Valentina.

- Estoy aquí, mi amor.- Le dije sonriendo y tomándole la mano.- Te quiero.

- Y yo quiero que pases por esto...- Gritó y retorció mi mano haciéndome gritar con ella.

- ¿No te han puesto la epidural?- Pregunté con miedo.

- ¡No!- Gritó y yo con ella al sentir el dolor de mi mano.

- Había dilatado mucho y ya no podíamos ponérsela.- Me informó el médico.

- Tú tan dilatada como siempre, amor.- Bromeé y me gané otro apretón de mano.

Y entonces la escuché por primera vez, lloraba con fuerza y yo rompí a llorar con ella. La sostuve entre mis brazos, era la primera vez que sostenía un bebe en ellos y me sentía invencible, podría enfrentarme a cualquier cosa por ella, por Maca.

No había nada más importante en mi existencia que esa pequeña que se aferraba de mi mano, llenándome de la más inmensa y pura felicidad.

Después de que se fueràn todas las visitas y yo consiguiera mi ropa y mi móvil, me acurruqué en la cama del hospital en la que estaba Valentina amamantando a Maca, inmortalizando el momento, la primera foto de familia.

Valentina se había quedado dormida, la pobre necesitaba descansar. Yo estaba en el sofá acunando a mi hija que empezó a llorar, no sabìa que hacer, de repente un olor algo desagradable, mierda, literalmente se había cagado.

Siseé para que dejara de llorar mientras la denudaba, le quité el pañal y retuve una arcada. La limpiè con toallitas.

- Esto ya esta limpio, princesa.- Le susurré.

Puse un vídeo he de confesarlo, "Como cambiar un pañal" seguí los pasos uno a uno, le puse crema para que no se irritara el culete, le di vueltas al pañal buscando la parte que iba delante, no era muy complicado pero me pareció un mundo en aquel instante.

- Ya esta, preciosa.- La volví a coger en mis brazos y me sonrió ligeramente, iluminando mi vida para siempre.







Seis años después.

- Y así te cambie el primer pañal princesa.

Mi preciosa hija de seis años me estaba pintando mi enorme barriga de embarazada.

- Estáis manchando el sofá.- Nos regañó con dulzura Valentina.

Mis ojos se abrieròn de par en par mientras negaba, había roto aguas.








aqui os regalo otro capitulo, nos vemos el miercoles con los dos ultimos capitulos....





Esta historia NO me pertenece, es una adaptacion realizada con la autorizacion de su autora saritasegval

Rider in love I (Juliantina)Место, где живут истории. Откройте их для себя