toda una masoquista

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No puedo olvidar ese día, el día que un hola revolucionó mi rutina diaria.
No entiendo, como con un par de alagos pude ilucionarme.
Es difícil ver y entender  que las palabras con las que  escribió "te lo prometo" llenaron el vacío que llevaba  dentro  pero con un simple viento se desvanecieron .
Entró en mi vida, me enseñó a sentir, me enseñó lo que es placer, pero me ahogué en la primera ola que golpeó la orilla de mis labios.
Solo con él sentía esa complicidad, eramos dos ladrones robándonos uno al otro, haciéndonos daño, pero necesitábamos ese daño, no eramos más que dos amantes satisfaciendonos.
Obsesión , esa sensación de necesidad, era lo que estaba provocando en mi, simplemente pasamos de la nada a una sumisa complaciendo a su amo.
Estaba viviendo en un mundo blanco y negro, donde los matices eran despectivos, estaba ciega, pero es que esa percepción de saciamiento era única.
Un día se aburrió , se cansó de su víctima, se canso de jugar con su dócil, y simplemente se marchó.
Lo necesitaba, necesitaba jactarme de él, necesitaba escuchar mentiras, si, mentiras, mentiras que me daban energía, mentiras que me ayudaban a vivir.
Empecé a experimentar la anciedad, poco a poco me fui convirtiendo en uno más de ellos, tenía ancias de placer, ancias de noches salvajes, ancias de dolor, ancias de ese goso que sólo con él tenía.
Conocí nuevos amantes, noches tras noches pasaban, todas llenas de orgasmos y gemidos, mi vida siguió adelante pero cada luna llena lo recordaba, lo extrañaba, lo anhelaba, ahora me doy cuenta que no estaba tan cuerda como creía, que él solo me empujó al abismo al que tanto  estaba hullendo, me doy cuenta que era una ninfómana, adicta a las mentiras, pero más... adicta a él...

Historias que quemanWhere stories live. Discover now