Dos enfermos enamorados

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Todo loco tiene su psiquiatra favorita, esperando su maldita consulta para desquiciarse la mente en silencio mirando cada uno de sus movimientos, amando cada amarre que le haga en su camisa de fuerza xq las ganas de abrazarla son mas fuerte que todos los tranquilizantes que le ponen. Locamente enamorado de ver su letra en las recetas que lee en la ventana que da directamente al garage donde se pasa toda la noche vigilando la llegada del coche de su remedio mental, y si se ríe de todo y no tiene idea de nada, no sabe que hace ni que hacer, pero la ama y no sabe ni el mismo que ese es el puto amor mas sincero el que no sabes que coño es, ni xq pasa, solo te dejas llevar. Hoy llega el dia de la medicación, siempre muy tranquilo la recibe, pero no la traga, tiene miedo que se le borren los recuerdos mas lindos que tiene en ese manicomio, recolectando cada una de las pastillas para el ultimo dia del mes. Pasan y pasan los días, con ansias el loco se baña se viste con su mejor bata y su camisa de fuerza menos dañada, nadie se fija en lo que ocultaba el paciente en una de sus pantuflas. Tun tun, toca la puerta de la consulta el seguridad q lo acompaña, pasa el loco solo y sonrrie con gran entusiasmo. Pasa un rato en lo que la Dr termina unos papeles y cierra la puerta quedandose ella sola con el, cuando de repente sin pensarlo el le señalaba para los pies, quitándose la pantufla donde escondia todo lo que había recolectado esperandola. No era mas que un collar hecho de todas las pastillas que ella le mandaba, el hilo era de una de sus camisas viejas, y lo mejor sus palabras alocadas escritas en la ultima receta que había recibido de ella. Lloraba tanto de emoción gritando, brincando que el guardia entro y una vez mas lo pusieron a dormir. Pero ya la psiquiatra no hiba los últimos dias del mes, no, ahora todas las tardes hiba a hablarle con el collar que el le regalo puestos desde el garage donde el la esperaba, ella le mandaba las recetas en cohetes de papel diciendole que el no era tan loco ni ella tan cuerda, que un día estarían saliendo de ahí los dos de mano o se quedaban los dos juntos

Historias que quemanWhere stories live. Discover now