Saisons [Minimo/Minibin]

Automne

Otoño 2012 dieciocho años de edad.

Era Noviembre y el otoño estaba  por terminar, algunos árboles aún conservaban sus hojas con tonalidades amarillas, rojas y naranjas. Tu siempre volvías a casa con Lee y Song te veías contento con todo, pero yo sabía que no era así.

Por qué por la ventana  de mi habitación podía ver a la tuya y estabas mal, creo que estabas frustrado por los exámenes de admisión a la preparatoria, por eso salía al patito de mi casa con mi guitarra y tocaba para ti, siempre a la misma hora sin falta, mamá creía que lo hacía por ella, pero era preferible que lo pensará por qué me molestaría mucho si se enteraba que lo hacía por ti.

Cuando los primeros acordes sonaban tu abrías la ventana con la intención que las ondas no fueran disipadas y que pudieras escucharlas más claramente. Eso te ayudaba a relajarte y a mi también. No eras el único que tenía un examen por presentar.

Mamá quería que me quedara en Seúl para la universidad pero mi padre insistía en que debía ir a Busan a estudiar. Yo quería salir del país pero mi nivel de inglés no era bueno y mis padres no podrían costear una escuela en el extranjero, y yo no era un buen candidato para solicitar una beca.

Así que la idea  de estudiar en Busan no me desagradaba, de todas maneras presentaría el examen en ambos lugares.

Para este otoño la temperatura era muy fría así que salir sin un abrigo era la muerte segura, si quería ser el dramático que siempre era. Para estás fechas me reunía con Serim y Allen a estudiar en la biblioteca, ambos chicos ya eran universitarios pero me ayudaban a aclarar mis dudas sobre los temarios.

Creo que eran pareja por que el día que los conocí los vi besarse,  fue tierno ver al más bajo ponerse rojo al momento de yo carraspear mi garganta pero ambos eran buenos chicos.

Ham y yo ya no éramos amigos, por que empezó a ser un odioso, siempre hablando mal de las personas, lo que me daba igual hasta que dijo que eras un tonto. Lo golpeé en la nariz y dije que era un idiota si creía que le permitiría hablar mal de ti. Él solo se fue con la nariz ensangrentada y dijo que era el mayor de los imbéciles.

Lo era. Claro que lo era por preferir a Ham antes que a ti Kang, pero ya era tarde.

Mientras el tiempo pasaba y los exámenes se aproximaban cada vez más nunca te faltó una canción que aliviará tu estrés. Pero entendía. Tener que recordar todo lo aprendió en poco tiempo era frustrante pero de los dos, siempre creí que tu eras el único que pasaría esos exámenes.

Yo quería una vida simple, sin nada extravagante, me conformaba con un trabajo estable y una casa como la de mis padres, tal vez con un perro que se llamara Zeus o un pez dorado de nombre Ian. Nunca había pensado en el futuro y mucho menos que no estarías en el.

Por qué siempre estabas detrás de mí, podía perder a mi sobra pero siempre contaría con tu presencia. Y estando tan cerca del final las cosas estaban claras para mí.