Capítulo 13: Visita.

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La semana pasó rapidísimo, tan así que Madison se había olvidado cuando fue la última vez que habló con él, con Paul. Aunque, en ningún momento, se olvidó de su rostro, ni de su descarada sonrisa.

No sabía porque, pero de algún modo, lo extrañaba. Extrañaba su voz, sus chistes malos y sobre todo, su coqueteo disfrazado de amabilidad. Ella no era tonta, ella sabía cuando alguien le coqueteaba, y supo reconocer todas las veces que Paul lo había hecho. Pero no admitiría en voz alta que le gustaba ese coqueteo.

No era ciega, sabía muy bien que Paul era atractivo, que tenía lo suyo. Aún así, también tenía por conocimiento que él tenía esa fama de mujeriegos, y los chismes de la reserva solo le confirmaban ese conocimiento.

Una mujer, con la belleza natural de la reserva, le había comentado en una leve charla que ella era una de las tantas que había pasado por la cama de Paul Lahote. Madison le tuvo celos. No iba a negar que aquella mujer de piel morena, cabellos negros rizados, de cuerpo de reloj de arena, era la típica mujer con las que él seguramente eran las que le gustaba pasar el tiempo. Y ni hablemos de su autoestima, ese había caído en cuanto se vio al espejo y noto todas sus imperfecciones, aquellas que ella jamás había querido ver.

Su cuerpo de piel pálida, delgado, con algunos hematomas que aún quedaban plasmados en su cuerpo. Su cabello rojo intenso, largo y ondulado. Sus ojos cafés oscuros, esos que tanto había amado. Sus labios gruesos y algo lastimados. Su nariz pequeña y puntiaguda. Todo lo que alguna vez amó, ahora lo veía como un posible problema. Y eso la traía por los suelos. Ella jamás se había rebajado por alguien, mucho menos por un hombre que apenas tenía un tiempo en su vida, pero, sin saber porqué, ahora lo estaba haciendo, y eso le afectaba.

Olvidó también sus atributos, sus "Buenas cosas" que tenía. Ella era una diosa, así lo pensaba Paul, pero la misma no recordaba aquello en esos momentos.

Por las noches se miraba en el espejo con cierto desagrado, y lloraba al recordar las palabras de esa mujer:

'' Paul es más de las morenas. Las que tienen buen busto, buena figura... No te ofendas, pero tú no eres el tipo de él, y lo mejor es que te dejes de ilusionar. Además, hasta donde sé, él aún ama a su ex. ''

Lo que Madison no sabía, era que esa mujer, de nombre Tatiana, era una ex amante del lobo. Una loca desquiciada, que se enamoró profundamente de él, y lo acosaba desde que se dieron un beso por una apuesta. Al no tener eso en conocimiento, simplemente le creyó.

Stupid Boy |5| P.LDonde viven las historias. Descúbrelo ahora