Kuko ⁴

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_______ miraba con asombro cada una de las cosas que había a su alrededor, la sorprendian de sobremanera pues, era totalmente diferente a lo que podía encontrar en su país.

Había conseguido irse de intercambio a Japon para estudiar en la Universidad de Nagoya y, como buena amante de la cultura, decidió irse antes para tener un tiempo de turista antes de iniciar sus clases.

Su plan principal era ir a algún templo que encontrara por ahí, pero, tenía que ser uno que ni ella misma supiera cual era para no encontrar tanta gente, pues, al faltar poco para comenzar las clases, pensó que habría demasiados turistas.

El templo al que entró le había llamado mucho la atención, y sin dudarlo dos veces, entró. Era realmente lindo y al parecer, estaba vacío.

Admiraba cada una de las cosas que veía y expresaba gran asombro, sobre todo, las estatuas llamaron su atención.

Estaba distraída concentrándose en los detalles, pero aún así avanzaba; eso la hizo chocar con alguien.

Sumimasen— dijeron ambos al mismo tiempo.

Fue muy raro, pues sus miradas se cruzaron y al mismo tiempo su corazón comenzó a latir de más sin razón alguna. Incluso, se podría jurar que sus ojos brillaron al captar la imagen del otro.

La persona con quien habia chocado, era un chico de cabello rojizo y den a lo mejor unos 19 años. Se encontraba barriendo y, por eso mismo él no la había notado.

—Me distraje, lo siento.— susurró ella antes de seguir viendo el templo.

Su siguiente plan era ir al Castillo de Nagoya, pero lo cambiaría por ir al doctor, pues que su corazón haya comenzado a latir tan rápido después de ese encuentro, no era normal.

Mientras miraba el templo, en su cabeza sólo se cruzaba el recuerdo de la mirada de aquel chico. Estaba sonriendo sin ser consciente de ello, cuando se dio cuenta, sacudió la cabeza y se golpeó en la mejilla.

—Ya, ______. Deja de pensar en eso, es sólo un chico.— se regañaba a si misma en voz baja y en su idioma nativo.

Unos cuantos metros alejados, esa mirada de lindos ojos dorados la observaba de manera "discreta" mientras seguía con sus labores. Él tampoco dejaba de pensar en ella.

Quería acercarse, pero, no quería incomodarla. Es decir, sólo había chocado con ella hace unos minutos.

Como si Buda lo hubiera escuchado, le dio la oportunidad perfecta para acercarse. Ella sacó su celular y sus intenciones, para el chico, eran claras. Tomarle una foto a unas escrituras.

Él sé acercó con velocidad y se lo impidió.

—Perdón, pero no puedes tomar fotografías, mucho menos de las escrituras.— dijo con una voz tranquila y muy suave, cosa que a la chica la derritió.

—Yo no... sólo... quería usar el traductor... Eh... con la cámara... Aún tengo problemas con el japonés y hay kanjis que no sé.

La risa del pelirrojo no se hizo esperar y resonó por todo el templo, debido a que el vocabulario que ella había usado, fue muy básico y unas palabras las pronunció de manera graciosa. Por suerte, eran los únicos en el templo.

—¿Qué tanto de japonés sabes?

—Uno muy básico. Pero, por eso decidi venir a estudiar aqui, para aprender más. Aunque los kanjis son una pesadilla.— él se rió una vez más.

—¿Y te logró traducir bien?— preguntó señalando su celular.

Ella lo miró y simplemente pudo leer "sin conexión a internet". Gruñó por lo bajo y apagó su celular.

NAGOYA DIVISION | ONE SHOTSWhere stories live. Discover now