𝐄𝐝𝐦𝐮𝐧𝐝 𝐞𝐥 𝐑𝐨𝐦𝐞𝐨 𝐏𝐞𝐯𝐞𝐧𝐬𝐢𝐞

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Teníamos unos minutos en la canoa, nuestro nuevo amigo nos iba guiando, el estaba en la parte de enfrente, después estaban, Lucy y Susan, dandole la espada a Peter que estaba remando, al final de esta, estábamos Edmund y yo enfrente de Peter, que también le daba la espalda a sus hermanas.

Edmund y yo teníamos las manos entrelazadas y estás estaban sobre su regazo; yo tenía recargada mi cabeza en el hombro de Edmund y el de vez en cuando acariciaba mi mano; Peter por otro lado de vez en cuando, cuando estábamos susurrándonos cosas Ed y yo, el solo nos miraba sonriendo; aunque nuestro nuevo y pequeño amigo, nos miraba de vez en cuando de una manera extraña, como si nos quisiera preguntar algo.

Me gusta tu vestidoSusurro Edmund, mientras miraba la tela de mi vestido, que curiosamente el único que encontré era uno de el mismo color que su camisa.

Gracias Ed solté nuestras manos y lo abracé, me recargue en su pecho, después sentí como me rodeó con su brazo por la cintura.

—¿Tienes sueño? preguntó y después dejo un beso en mi cabeza.

Nop.

Okay, pero no te duermas.

Te dije que no tengo sueño le dije extrañada.

¿Desde cuando necesitas tenerlo para que te duermas? Dormilona preguntó burlesco.

¿Disculpa? fingí indignación — Es un don dije haciendo un puchero, después de todo era verdad.

Después de eso Ed comenzó a reír y yo también; ganamos la atención de todos y Tumpkin, al parecer no soporto la duda.

—Disculpen — hablo sorprendiéndonos lo que hizo que nos calláramos y nos pusiéramos derechos como si no estuviéramos haciendo nada.

Si... Ed y yo teníamos esa costumbre, ya que su madre no sabía sobre nuestra relación; ademas si se enteraba, tal vez nos tendría un poco más... separados, en London Ed y yo compartíamos habitación por " ser mejores amigos desde bebés ", no hacíamos nada, no se confundan, no nada más allá de aveces besarnos; y bueno todas las noches Helen iba a vernos y aveces teníamos que disimular no estar haciendo nada, o solo estar hablando.

Al darme cuenta que era Trumpkin o Q.A, me relaje y lo mire - ¿Que sucede? - le pregunte respetuosa.

—¿Es verdad? — preguntó el mirándonos desde su lugar.

—¿Que cosas señor? — le pregunte.

—La leyenda — yo solo lo mire confundida y el siguió — la leyenda de " cuando los reyes destinados de Antaño están separados, el terror y el dolor se a proclamado " — dijo curioso — o algo así era — prosiguió, para " restarle importancia "

—Pero eso no rima — dijo Susan.

—¿Y que tiene que ver eso? — le respondió, lo que provocó que tuviéramos que aguantar una risa.

—Bueno... — comenzó a hablar Edmund — la primera vez que nos separamos me secuestro la bruja blanca y la segunda... — se guiro a verme y sonrió de lado — casi muero en la guerra contra ella, así que... tal vez si — respondió y después se giró a ver a Q.A, él solo asintió y nos quedamos callados de nuevo.

—Los árboles están muy quietos — dijo Lucy después de un largo silencio.

—¿Que esperabas? Son árboles — dijo Trumpkin.

—Solían danzar — respondió Lucy algo desanimada.

—Poco después de que se fueron, los telmarinos nos invadieron— comenzó a relatar, yo lo escuchaba atentamente, ya que también me preocupaban que los árboles estuvieran tan quietos — los sobrevivientes se ocultaron en el bosque, y los árboles, ellos — soltó un largo suspiro— se sumieron en un sueño que no han vuelto a despertar.

𝐄𝐥 𝐩𝐫í𝐧𝐜𝐢𝐩𝐞 𝐂𝐚𝐬𝐩𝐢𝐚𝐧 - 𝐄𝐝𝐦𝐮𝐧𝐝 𝐲 𝐭úDonde viven las historias. Descúbrelo ahora