Ya no duele || Hopega, Sope.

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El hijo adoptivo de los Jung conoció en una casa hogar a YoonGi durante una semana, antes de que los padres de éste fuesen a buscarlo con arrepentimiento al lugar. Lo encontró por segunda vez cuando fue adoptado por una familia a los doce años e ingresó al colegio, donde por un par de meses vivió al lado de Min los tormentos del chico mientras intentaba animarlo y defenderlo, pero no pudo hacerlo más cuando fue devuelto a la casa hogar, por ser un adolescente demasiado estresante para la familia.

Finalmente, a un año de cumplir la mayoría de edad, los señores Jung lo adoptaron, entonces tuvo un padre, una madre y una fabulosa hermana que se encargó de mostrarle la universidad su primer día al ingresar, sabiendo que sería su único ciclo juntos ahí. Pese a ello era tan felíz que creía que no podía estar mejor en ningún otro momento de su vida, hasta que lo vió.

No tenía formas de recordar su propio nombre siquiera, sin embargo de nuevo Min YoonGi estaba ahí y sabía bien cada cosa que había conocido de él. Sus preciosos ojos seguían igual de brillantes aún bajo la opacidad de su tristeza y el miedo frente a tantas personas, su rostro era igual de bello como hacía tiempo pensaba y cada parte restante de Min era definitivamente, un encanto sagrado, hecho quizá por los mismos ángeles.

Ahora más que nunca, cuando sus miradas se habían reencontrado y los ojos de YoonGi habían hayado cierto matiz nostálgico tanto como alegre, quería protegerlo. Y así sería, puesto que estaba dispuesto a ello.

Jung HoSeok sería aquél que curara a Yoongi de todos sus males.