꩜ 027. the beast

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Brooke se decidió por avanzar. Si al menos podían salvar a una persona, no dudaría en hacerlo.

— Es una trampa — una voz la detuvo.

Parrish salió del interior del instituto, con su cuerpo envuelto en llamas y caminando rápidamente hasta situarse enfrente de ellos.

— No podéis ayudarle — avisó. Seguidamente, alguien partió el cuello del chico que pedía ayuda.

Levantaron la vista. En el interior del autobús se podían ver unos grandes ojos color azul neón. El cuerpo de su portador era tan grande que le era incapaz caber allí.

— Es grande — Stiles comentó. — Nadie dijo que fuera tan grande.

— Yo lo hice — Liam respondió entre dientes, intentando hacer el menor ruido posible.

Parrish soltó un rugido y comenzó a correr detrás de la bestia.

— ¿Qué demonios está pasando? — Scott preguntó.

— Se está haciendo más inteligente.

*ೃ࿈ˎˊ˗

Brooke se encontraba en su habitación, leyendo uno de los libros que Deaton tenía por la casa.

Ayer por la noche nadie supo como acabaron las cosas. Parrish había salido corriendo detrás de la Bestia y después de aquello cada uno volvió a su casa.

La vibración del móvil a su lado le hizo apartar la vista del libro y salir de su estado de concentración. Tomó el teléfono y cogió la llamada.

Pensó que, al ser un número desconocido, sería algún vendedor o alguien intentando que cambiara su compañía telefónica.

— ¿Hola?

— Te necesitamos — la profunda voz de Chris provino del otro lado del aparato. Brooke frunció el ceño, pero sabía que él solo llamaba cuando era importante, así que se limitó a responder:

— Apartaos.

Cerró los ojos tras haber colgado la llamada y, segundos después, el maloliente olor a alcantarillado penetró sus fosas nasales.

Estaba en el bunker secreto de Chris. El hombre, junto a Gerard Argent, estaban en la esquina de la habitación observando atentamente, este último con una sonrisa torcida en la cara.

Parrish se encontraba sentado en una silla. Su cuerpo estaba cubierto por ropas quemadas y su pecho estaba decorado con un gran y grave zarpazo.

Se acercó a él apresuradamente.

— Oh, por dios, ¿estás bien? — le preguntó, agachándose frente a él para quedar a su altura.

— Está curando — Chris informó, mientras se acercaba a ellos. — ¿Podrías decirnos que recuerdas? — le preguntó.

— Solo fragmentos. Momentos en los que me enfrenté con él — respondió.

— ¿Qué más recuerdas? — insistió. Parrish no respondió. — Nos hemos estado preguntando si resolver tu conflicto interno puede ayudar al que estás perdiendo contra la Bestia.

— Agente — Gerard llamó — es hora de que tú y tu álter ego se presenten adecuadamente.

Padre e hijo empezaron a caminar a otra parte del lugar, siendo seguidos por Parrish y Brooke.

— ¿Cómo vais a hecer eso? — la chica preguntó.

— Con esto — una especie de máquina apareció tras la puerta que Chris acababa de abrir. A simple vista parecía aterradora. — Va a bajar la temperatura de tu cuerpo hacia un nivel que mataría a un ser humano — le explicó a Parrish.

— ¿Por qué bajarla y no subirla?

— Algo le pasa a alguien como tú cuando el cuerpo se enfría a temperaturas extremas. Todo se relentiza. El cuerpo, la mente — explicó. — Te deja acceder conscientemente a una parte de ti que suele ser inconsciente.

— La parte sobrenatural — Gerard aclaró.

— Pero esto es peligroso, ¿verdad? — Brooke preguntó con preocupación.

— Es menos peligroso que si el agente no evoluciona para enfretar a la Bestia — contestó.

— ¿Evolucionar?

— Bueno, la Bestia no es solo cada vez más inteligente — Chris respondió con tono obvio. — Imagínatelo de esta manera... Cada noche la quimera adolescente.

— El éxito — Brooke habló.

— Este adolescente sale de noche y se transforma. Ya se trate de un hombre o mujer joven, se convierte en un hombre lobo. En un hombre lobo muy grande y poderoso que la gente de Gevaudan llamaba la Bestia. Cada noche se transforma y recuerda un poco más lo que era.

— Anhela su identidad — Gerard continuó. — Su nombre. No solo la Bestia de Gevaudan, sino el hombre.

— El Hombre de Gevaudan que también quiere vivir. Quiere existir. Así que imagina que una noche el adolescente sale y se transforma otra vez. Pero cuando la Bestia se vuelve a transformar, el Hombre de Gevaudan se queda ahí en su lugar.

— Vivo una vez más — añadió el mayor.

— Eso es lo que Valack le dijo a Lydia — Brooke comentó. — Dijo: "cuando la Bestia recuerde, el adolescente se habrá ido".

— ¿Ido? ¿No existirá más? ¿Cómo es eso posible? — Parrish preguntó. Nadie respondió. Brooke no sabía la respuesta, pero los otros dos adultos sabían que la tarde se iba a alargar si tenían que contarlo todo, así que decidieron callar hasta el momento debido. — Olvidad que he preguntado.

Chris se acercó a la máquina, abrió varias cerraduras y dejó a Parrish entrar en ella.

Humo blaco comenzó a llenar la cápsula en la que el chico se encontraba y segundos después ya no se le veía la cara, solo los conocidos ojos naranjas del Sabueso del Infierno.

(✓) 𝐁𝐑𝐀𝐕𝐄 ✦ jordan parrishWhere stories live. Discover now