Utopia JJK. (LOVE BOOK III) [EN EDICIÓN]

^^ Final II ^^

–¿Y si quedo bien?– pregunté viendo nuestro intento de casa de campaña.

–Que si bonita, confía en mi– dijo haciendo los últimos retoques.

–Tratare de confiar en ti– hable no muy segura sacando las mantas que la señora Jeon nos dio para ponerlas dentro de la casa– Al menos es grande– dije una vez que estaba dentro de esta acomodando nuestro espacio para dormir.

–Muero de sueño, y de hambre– habló JungKook en un intento de entrar, un intento fallido porque lo detuve.

–Sin zapatos, que meterás arena y esto se ensuciará.

A regañadientes se quito los zapatos y todo lo que pudiera meter arena a la casa de campaña.

–Toma, tu mamá nos preparó unos emparedados– Extendí lo que la señora Jeon nos había mandado, sacó uno para el y uno para mi, al igual que algo de beber.

Comimos tan rápido que apuesto todo lo que tengo a que sufriremos de ingestión.

–Tengo que hacer pipí– salí corriendo de la casa de campaña con un JungKook detrás de mi.

–¡Espera Nath! Esta muy oscuro– grito desde atrás.

Me detuve para esperarlo, y una vez que estuvimos en el mismo sitio, tomé su mano y comencé a correr junto con el para llegar al baño y evitar un accidente.

–JungKook, olvide mi cepillo dental– mi mano fue hasta mi frente, tuve que sobar esa área porque el golpe había sido más duro de lo que planeaba.

–Aquí está– saco mi cepillo y el suyo de la bolsita de viaje que deje sobre las mantas– Te dije que no bebieras tanto jugo.

Después de los regaños de JungKook y cepillarnos los dientes volvimos a la casa de campaña, ahora más tranquilos y sin apuraciones tomaba su mano. Íbamos en silencio, no porque no tuviéramos que hablar, si no porque el oleaje nos tenía hipnotizados.

–¿Quieres entrar ahora? Podemos quedarnos un rato más para ver el mar– dijo JungKook en cuanto noto que estaba ensimismada con el mar y el reflejo de la luna en el.

–No– respondí de inmediato– Muero de sueño, y se que tú también aunque no lo digas– repuse– Tenemos más tiempo– lo mire y tenía una hermosa sonrisa en el rostro que me contagió. Ambos entramos a la casa con cuidado de no meter arena.

–Nath, ¿Mi pijama está en la maleta?– cuestionó con intenciones de abrir la maleta, pero no podía permitir que viera lo que contenía la maleta.

–¡No!...¿Si?... bueno, déjame buscarla, apuesto a que tú desordenaras todo– su rostro reflejaba confusión, pero no deje que preguntara alguna cosa, por eso tomé la maleta y me acomodé con el fin de que no viera su contenido– Toma– extendí la ropa– cuando te quites la ropa, dóblala y me la das para que la guarde de nuevo– ¿Que? Había sonado como mi madre, no podía aguantar las ganas de reírme de mi misma.

–Lo que digas mamá Nath– reímos al unísono.

–Oh vamos cállate, soy ordenada, eso es todo– me defendí de su burla.

–Si tú lo dices– ambos sabíamos que mentía. Comenzó a hacer lo que le había pedido.

El sonrojo en mi cara era muy evidente, a pesar de que yo no pudiera verlo, sentía como la sangre me subía a la cabeza, y por eso mismo el calor, debía ser porque la casa no tenía demasiada ventilación, si seguro era eso y no que había visto el momento exacto en el que JungKook se quitaba su playera.

–Eres tan tierna– sin previo aviso se acercó a mi para posar sus labios con los míos, fue un beso rápido, como un parpadeo– Llevamos casados unos años, nos hemos duchado juntos, hemos sido casi padres y aún te sigues sonrojando Nath.