—Pues...—Atinó a decir la joven limpiándose la sangre de la nariz.

—Ya veo ¡ja!

—Eyra, que alivio verte, lleva a Astrid por favor—Dijo Vrynna mientras se retiraba.

Entonces, las jóvenes caminaron juntas, mientras hablaban del entrenamiento, hasta que Eyra paró la caminata para mirar al cielo y decir.

— ¿Tal vez no seamos hijas del hielo, o no tengamos poderes, sabes? Pero día a día, tú demuestras que eso no importa. —Dijo Eyra mientras miraba a su amiga. —Habría deseado ser como tu cuando era joven, jamás rendirme.

— ¿Pero qué? Jajajaja hablas como si fueras una anciana. —Dijo Astrid quien no pudo evitar reírse, y comenzó a correr ya que aún no quería dormir— ¡Atrapame si puedes!

— ¡Pequeña diablillla ven aquí!

Las dos corrían por todo el asentamiento hasta que sin darse cuenta Astrid había tropezado entrando así en la tienda de su tía.

¡Tenemos que pelear! Decía una voz. ¿Y sacrificar a nuestra gente? No gracias, debimos unirnos a los Avarosanos cuando pudimos, decía otra.

— ¿Qué haces aquí, acaso no le dije a Eyra que te llevara a dormir? —Dijo Vrynna volteándose y viendo a Astrid. —aún no puedes escuchar ¡Eyra, ya llévatela!

Eyra quien estaba a metros de distancia tuvo que cumplir la orden Posteriormente, limpiaría la sangre de Astrid y la dejó recostada en cama.

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— ¿Q-que es todo es ruido?—Dijo Astrid mientras habría los ojos y salía de su tienda, solo para ver un escenario terrible.

Una legión completa de noxianos estaba en su hogar, a la derecha Vrynna luchaba contra los legionarios, y a la izquierda Eyra, su amiga, yacía nockeada en el suelo, para posteriormente ser apresada en una celda.

—NO.... ¡Eyra! Yo te salv...—Pero, Astrid fue acometida por una fuerza abrumadora detrás de ella.

— ¡Vaya! pero que buen manjar, rubia y joven. —Dijo la siniestra voz detrás de ella. —Perfecta para mí.

Reincorporándose, Astrid comenzó a correr hacia la tienda de su tía en búsqueda de su arma, no encontró nada excepto una vieja espada fundada en mantos harapientos.

Detrás de ella el teniente noxiano preparaba un hechizo de inmovilización.

— ¿Por qué huyes? Te ofrezco la hospitalidad noxiana y la rechazas ajjaaja... no hay nada que una presa pueda hacer, solo ríndete.

Presa, rendirse y huir, como odiaba esas palabras, recordando aquel día en que se enfrentó a un lobo en pleno invierno y sin la ayuda de su tía, ¿Todos los años de entrenamiento no valieron de nada? ¿En verdad una chica sin poder mágico estaba condenada en ese mundo? NO, aún no ¡NO PUEDO RENDIRME!

Presa, rendirse y huir, como odiaba esas palabras, recordando aquel día en que se enfrentó a un lobo en pleno invierno y sin la ayuda de su tía, ¿Todos los años de entrenamiento no valieron de nada? ¿En verdad una chica sin poder mágico estaba con...

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