Capítulo 49| La Propuesta

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No aguante más y solté tremenda carcajada.

— ¿Enserio tienes 20? —me burle.

—No te burles —se quejó — ¿No estas...?

—No, Damon, no estoy embarazada, ni siquiera nos hemos dado duro contra el muro —bromee pero no pude evitar sonrojarme ante tal pensamiento.

El solo me miró confundido, un poco tonto aunque luego sacudió su cabeza para asentir levemente.

—No veo fallas en tu lógica —sonrió más tranquilo. — ¿Entonces de que querías hablar?

Puse el maletín sobre su mesa y le hice una señal para que lo abriera.

—Mierda, entonces era esto...

Soltó sorprendido al ver tanta cantidad de dinero.

—Sí, yo...

— ¿Cómo demonios robaste un banco? —me miró incrédulo.

— ¿Qué? Yo no robé nada, tonto...Son el millón —comencé a contar —Recuerdas aquel tonto pacto, bueno lamentablemente tendré que admitir que perdí —me levante y comencé a caminar en círculos dentro —Me enamore así que aquí está el millón.

—Oh, entiendo. —Damon se paró y salió de la sala.

¿Qué mierda había sucedido?

Simplemente se fue, me senté nuevamente a esperarlo molesta, los minutos pasaron más y más hasta que culminó la media hora, me sentí tonta ¿En serio me había abandonado?

Entonces herida por el orgullo, me levanté lista para irme pero cuando escuché unas voces acercándose, me detuve regresando en mis pasos.

Damon entró al despacho con un maletín en mano para terminar sentándose nuevamente en su asiento.

—Lamento la demora, por lo visto no te dan 1 millón de dólares en menos de diez minutos.

— ¿De qué...?

—Lo que escuchaste —Damon abrió también su maleta y efectivamente habían fajos de billetes verdes ¿Qué demonios estaba haciendo? —Yo también perdí —me sonrió.

—Entonces...

—Ambos perdimos, nos enamoramos así que... el juego se acabó.

—Mierda —me agarré la cabeza para no terminar riendo —Estamos completamente locos.

—Tú me contagiaste tu locura, ahora dime, tenemos dos millones de dólares en esta mesa ¿Qué quieres hacer?

—Es que no lo creo...

— ¿Qué no crees? Tan difícil es creer que te quiero mucho...

—No es eso sino que la idea de retirar gran parte de mi dinero del banco me pone entusiasta y nerviosa a la vez...

—Por cierto ¿Cómo lograste sacar ese dinero? —Preguntó serio —Tarde como diez minutos en firmar los documentos y tú simplemente lo tienes como por arte de magia, siendo menor de edad todavía, como que algo no anda bien y ese algo tiene nombre ¿Verdad? —Mire hacia otro lado — Y su nombre es Samuel Williams.

¿Cómo le había dado al clavo tan rápido?

—Noooo —dije sarcásticamente —Bueno sí.

—Joder, lo sabía —el chilló en su sitio como si le hubiera acertado al mayor premio — ¿Qué hicieron?

—Puede que Sam me haya dado ese millón de dólares...

— ¿Qué?

—Sabias que era más fácil la transferencia de un millón de dólares que el retiro. —Reí nerviosa —Damon, le transferí mi dinero a Sam para que el me lo sacara, es fácil de entender, no podía retirar todo eso, además sabes que Sam tiene influencias y bueno, simplemente me ayudó.

Prohibido Enamorarse de Dulce ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora