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Las horas pasaban y los dos jóvenes aún no despertaban, así que el señor Shim decidió comenzar a limpiar y a organizar el lugar en donde Chae-Rook vivía, a pesar de que él lo había hecho con toda la voluntad del mundo y que gran cariño que le tenía al chico, le sorprendía lo desorganizado que estaba. En su mente se repetía que aún era joven y tenía mucho que recorrer, además que era obvio que no iba a tener mucho tiempo para limpiar, ya que se la pasaba todo el día trabajando y ensayando, pero aún pesando así, no se le quitaban las ganas de regañarlo un poco cuando despertará.
Al terminar todo, decidió tomar asiento en el pequeño sofá que tenía en el salón, minutos después vio a Yoona saliendo de la habitación tratando de no despertar a Chae-Rook.
- Yoona, despertaste - sonrió el hombre mientras apagaba el televisor
- Sí, creo que es hora de que me vaya - le respondió mientras sentaba en una de las sillas del comedor.
Al mayor le llamó un poco la atención, por lo que se acercó a ella y pudo observar como escribía en una pequeña nota adhesiva.
<< Descansa y come todo lo que el señor Shim preparó para ti ^^
Te quiero <3 >>
Una vez que terminó de escribir se levantó y la pego en la nevera.
- ¿Para qué es eso? - preguntó el señor curioso
- Realmente no lo sé, desde que conozco a Chae-Rook he observado que le gusta mucho hacer este tipo de cosas - Yoona señaló la nevera que estaba repleta por estas notas - ¿Quiere intentarlo? - le extendió el plumón, por lo que él lo agarró rápidamente.
El señor Shim comenzó a escribir algunos mensajes en los pequeños trozos de papel y se los entendía a Yoona que era de encargada de pergarlas.
Una vez todas estuvieron pegadas decidieron regresar a su hogar, por lo que después de despedirse y acordar verse en el estudio de baile cada uno tomó caminos diferentes.
Yoona caminó hasta llegar a su hogar, en donde al entrar pudo escuchar como sus padres estaban discutiendo, algo para nada nuevo, pero lo que sí era nuevo era el tema de discusión, claramente se podía distinguir su nombre en las palabras de los adultos, ella sabía que si hacía acto de presencia podría empeorar la situación, por lo que sólo decidió hacer oídos sordos y caminó hasta su cuarto.
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