ʏᴜɴʜᴏ

4.5K 139 2
                                    


𝙍𝙚𝙖𝙘𝙘𝙞ó𝙣: 𝙛𝙚𝙩𝙞𝙘𝙝𝙚𝙨

—Por favor, dímelo y te diré el mío.

—No.

—No hay nada de qué avergonzarse, todos tenemos uno o más.

—No todo el mundo lo hace.

—Estoy seguro de que sí.

Yunho ha estado tratando de hacerte hablar sobre tus fetiches y parece que no se rendirá fácilmente con eso... No es que te avergüences de ti misma por tenerlos, pero hablar con él sobre uno en particular te hace muy tímido. especialmente porque tiene que ver con él.

—Vamos, bebé. —Yunho habló desde el medio de la cama mientras te miraba.

—Yunhooo...

—Está bien, empezaré... me gusta que me jalen el pelo. —Te está mirando intensamente, pero su mirada se volvió más suave al final, como si se avergonzara de que lo supieras.

—¿De Verdad? —se movió en su asiento contra la cabecera y sus ojos se agrandaron.

—Sí, me refiero un poco.

—Yo... siempre te tiro del pelo.

—Lo sé... —dijo en voz baja, mirando a todos lados menos a ti.

¿Cómo no pudiste darte cuenta de que esto es un truco suyo? Siempre gime contra ti cuando le tiras del pelo mientras te besa o cuando le muerdes el cuello con fuerza.

—Seguiré haciéndolo entonces. dijiste suavemente y él miró tus labios por un momento antes de levantar los ojos para encontrar los tuyos.

—Tu turno, vamos. —su voz, de repente, se hizo más alta.

—Nunca estuve de acuerdo con eso

—¡Te dije uno de los míos!

—¿bueno y?

—Vamos, eso no es justo... no puedo ser el único expuesto aquí. —hizo un puchero como si esto realmente lo lastimara.

—Ugh... está bien gran bebé,

—Yayy

—Está bien, me gustas... tú.

—más te vale.

—No, quiero decir que me gusta tu apariencia, tu altura y tus manos... —estás tratando de mirarlo, pero poco a poco tus ojos se posaron en tu regazo. Eso es tan incómodo y tu corazón late más rápido.

—¿Qué pasa con ellos? —No lo miras, pero una sonrisa se ha apoderado de sus labios.

—Cómo son tan grandes en comparación con los míos y cómo... se sienten.

—¿Cómo se sienten contigo? —Se acercó más a tu lado.

—S-sí... como, cómo me hacen sentir pequeña bajo tu toque y cómo puedo sostener uno de tus dedos con toda mi palma.

—¿y qué más?

—Y cómo me acaricias la piel suavemente y luego me agarras con fuerza por los costados o los muslos y te salen las venas. —En este punto, tu mente viaja a estos pensamientos mientras miras tu regazo, sin notar que sigues hablando hasta...

—...Y cómo las quiero tanto dentro de mí. —tu cabeza se quebró cuando te diste cuenta de lo que dijiste y tu mano cubrió tu boca rápidamente.

—Y ... no quise decir eso.

—¿Cuál? —Arqueó una ceja.

—la ultima parte.

O1 - ATEEZ SmutDonde viven las historias. Descúbrelo ahora