Capítulo 10: La Mansion Abandonada

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Tras curar a mis Pokemon decidí que iba a entrar a la Mansión Pokemon, sólo por saber, y si, soy un cagueta pero aun así entraré. Salí de la ciudad y me dirigí de nuevo a Bosque Vetusto ya que la mansión esa no estaba muy lejos de allí.

De camino al bosque me encontré con Leo.

Yo: ¡Hola Leo!- levante la mano mientras le saludaba

Leo: Oh, hola Sergio, ¿ya tienes la medalla de ciudad pirita?- preguntó mirándome con cara de loco mental

Yo: Pues... Si... Claro...- respondí alejandome- a todo esto ¿Te quieres venir a la mansión abandonada a explorar?

Leo: Pues claro, yo no le tengo miedo a nada, excepto a los Ariados, esos Pokemon te pican y te sale un bulto que no se quita en semanas- dijo algo atemorizado

Yo: En fin... vamos- terminé

Caminamos hasta la entrada del bosque vetusto y vimos a Maya leyendo el mapa de la región.

Leo: ¡Hola Maya! ¿Te vienes con nosotros a la Mansión Abandonada?- pregunto antes de que yo pudiese decir algo

Maya: Claro, ¡Me encanta pasar miedo!- añadio con un tono muy alegre- desde que juego a "Five Nights At Freedie´s" no le temo a nada- (este juego no tiene nada que ver con pokemon, es de terror y real, me gustaria jugarlo pero soy muy cagueta (nota de autor))

Yo: Bueno... Vamos para adentro ¿Listos?- pregunte atemorizado

Maya y Leo: ¡¡¡Siii!!!- contestaron al unísono

Pasamos la valla gris de madera y podrida y contemplamos la Mansión, estaba echa de madera pintada de morado por fuera y no parecía estar en muy bien estado que digamos. Hicimos un esfuerzo contra la puerta y el chirrido que hacia al rozar el suelo, era irritante el sonido y cuando entramos, todo estaba iluminado por el sol, pero hacia mucho frío, cogi mi bufanda y me la puse, Maya y Leo hicieron igual.

Leo: ¡Que frío!- exclamo

Maya: Si, pero hay que aguantarse si queremos investigar- terminó

Caminamos por un largo pasillo hasta llegar a la cocina, todo estaba recogido, pero lo que mas nos impacto fue la mesa, donde los platos, vasos, cubiertos e incluso comida estaba puesto.

Yo: ¡En serio! ¡La comida esta en buen estado!- pegue un grito con mucho miedo, si esta abandonada ¿Como iba a haber  comida en buen estado? Lo peor de todo es que no había rastro de ninguna persona que la hubiese echo.

A los pocos segundos, las velas que estaban encima de la mesa, se encendieron, sin ningún mechero y ninguna ayuda de ningún Pokemon, eso dio mucho miedo.

Lo primero que hicimos fue sacar nuestros Pokemon mas fuertes para que nos protegiesen en caso de peligro. Yo saque a Flamer, Maya a su Turtwig ya evolucionado y Leo a su Piplup recién evolucionado, ambas evoluciones se llaman Grotle y Prinplup.

Leo: ¿Q...que hacemos?- preguntó muy asustado

Maya: Lo mejor sera irnos de aquí, empiezo a tener miedo- respondió ocultándose detrás de su Pokemon

En ese momento, las velas se apagaron y por seguridad nuestra nos alejamos del comedor junto con nuestros Pokemon,  mientras la luz del sol, que a penas había porque atardecia y la llama de Flamer nos daban seguridad.  Seguimos caminando por la gran casa y entramos en una habitación que parecía bastante grande.

Cuando entramos, esa habitación, parecía a la de una niña, todo rosa, grandes peluches de Pokemon lindos, y una gran cama. Lo que más impacto fue la cama, había una niña llorando en ella, nos aterrorizó bastante.

Yo: Ni... Niña ¿Que haces aquí sola?- pregunté, no le veía la cara, pero llevaba ropa sucia y desgarrada.

Niña: Dusknoir, ahora- dijo

De la nada, apareció un Pokemon enorme de un solo ojo con unas grandes manos y en una de ellas agarraba un cuchillo. Nos alejamos muy asustados pero el Pokemon se acercaba poco a poco empuñando el cuchillo preparado para matarnos ¿A caso seria nuestro final?

Niña: ¡Dusknoir, matalos ahora!- grito con una risa maléfica.

No sabíamos que hacer, la puerta estaba cerrada, no había manera de abrirla, Leo lo intentó y nuestros Pokemon también, pero no había remedio.

El Pokemon se abalanzó contra mi el primero, pero Flamer se puso delante de mi y el cuchillo se clavo en el cuerpo de mi Pokemon y este empezó a sangrar. Cogí a mi compañero y salimos corriendo de allí, el Grotle rompió la puerta y esa niña y el Pokemon no nos siguieron.

Llegamos al centro Pokemon de la ciudad asustados, sobre todo yo, atemorizado por la vida de mi primer Pokemon, con el que había estado un largo mes divirtiéndome

Yo: Rápido, por favor ¡Mi Pokemon esta muy herido!- grite todo lo que pude, mis lágrimas caían por la cara

Enfermera Joy: Vamos Chansey, este problema es muy urgente- dijo mientras subía a una camilla a Flamer mientras agonizaba del dolor

Pasaba el tiempo y Flamer no salia de la sala de operaciones, seguía muy triste, mientras tanto Leo y Maya me intentaban tranquilizar, pero yo no podía estar calmado ni un segundo. Dos horas después salió la enfermera Joy:

Enfermera Joy: Lo siento mucho, no hemos podido hacer nada- terminó

Pokemon: Aventuras por SinnohDonde viven las historias. Descúbrelo ahora