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LIZZIE

Se sentía raro no tener a Megan en el departamento que me habían alquilado para que pudiera grabar en Inglaterra. Quería levantarme y hacerle el desayuno pero recordaba que estaba a miles de kilómetros de distancia y decidía que le dejaría un mensaje de buenos días.

La primer semana fue la más complicada. Quería asegurarme de que ella estuviera bien, que no le faltara nada, no sabía cómo ayudarla desde tan lejos.

MEGAN

A las dos semanas de que Lizzie se fuera, me ofrecieron sumarle horas de trabajo a lo que estábamos haciendo para que pudiéramos terminar antes y así podía viajar a ver a Lizzie. Sin decirle nada a mi novia, acepté. 

Dejé de tener tanto tiempo para mandarle mensajes o llamarla por lo que comenzó a sospechar.

- Pasa algo, Meg? -me dijo un día.

- No, amor, por?

- Porque tardás más en responderme, y no quiero sonar tóxica porque sé que no estás haciendo nada malo, pero quizás pasó algo en el trabajo que te tiene más ocupada.

- No, cielo, tranquila.

- Te noto más cansada... 

- Lizzie, está todo bien, sí? Sólo que paso más tiempo ensayando.

- Amor, sabés que no me gusta que me mientan y mucho menos vos, así que más te vale no estar haciendo algo que te esté perjudicando y por eso estás más agotada que de costumbre.

Por ese instante tuve miedo de que ella se diera cuenta de todo y me dijera algo, pero no sucedió. Pasaron dos semanas más y recién ahí supe que iba en picada con lo de la mentira.

Estábamos grabando con todos allí presentes, incluso Scarlett cuando una oleada de mareo me hizo perder la noción de qué estaba haciendo y de pronto todo era oscuridad. Escuché a Scar hablando con alguien por teléfono, luego a un par de personas en el fondo. 

Desperté en la cama de la casa de Scarlett con Rose sentada a los pies de la cama mirándome.

- Mamá! Ya despertó!

Scarlett subió apurada las escaleras y me miró.

- Rose, andá abajo.

Cuando nos quedamos solas se acercó a mi.

- Cómo te sentís? -preguntó posando su mano en mi frente.

- Qué le dijiste a Lizzie?

- La verdad.

- Scar...

- Megan, te descompensaste en medio de la grabación, se iba a enterar de todas formas.

- Qué le dijiste?

- Lo que pasó y lo de las horas extra que estabas trabajando.

- Está enojada?

- Sí, más que desde la distancia no puede hacer nada. Quería hablar con vos cuando despertaras, así que ahora la llamo y hablan.

Sabía que lo que se venía era una batallas campal.

MEGAN

Scarlett me pasó el celular sabiendo que la guerra se aproximaba, así que se fue.

- Hola? -dije con miedo.

- Megan Smith y la concha de la lora! -dijo. Se le habían pegado insultos argentinos a tal punto que le salían solos.

- Amor...

- Qué te dije que odiaba yo? Que me mientan. Y qué fuiste e hiciste? Mentirme. 

- Lizzie...

- No. Lizzie nada. Vos entendés lo que fue esperar a que Scarlett me llamara cuando despertaras porque te desmayaste en medio de una puta grabación? Sólo por haber pedido más horas de trabajo... Dios...

- Es que te juro que hay una explicación...

- No te quiero escuchar. Te vas a quedar callada mientras te digo cómo van a ser las cosas de ahora en más. Empezamos por una reducción del horario de trabajo, y seguimos con que vas a quedarte con Scarlett a vivir por lo que quede del tiempo que tengas que quedarte ahí, hasta que puedas venir acá porque mi rodaje sigue por unos meses más. No quiero quejas. Simplemente vas a vivir con ellas, vas a comer bien, dormir bien, vivir bien y cuando puedas venirte para Inglaterra te tomás el primer vuelo. Agradecé, Megan, que no puedo viajar para allá, porque no lo hubiese dudado al momento de ir y llevarte de los pelos a que descanses y comas bien.

Tenía miedo, no quería que ella se enojara pero ya estaba hecho, no tenía escapatoria. 

- No pienso quedarme a vivir acá, soy lo suficientemente mayor como para saber qué tengo que hacer -dije y me arrepentí al instante.

- Ah, sí? Estás segura? Porque no fui yo la que se descompensó durante la grabación. Quizá tengas que preguntarle a tus compañeros de trabajo a ver si saben quién fue, te parece? 

- Elizabeth, basta. No me voy a quedar acá y punto -no sé por qué seguí discutiendo, estaba acostumbrada a responderle a todo lo que me dijera.

- No estás en condiciones de oponerte a lo que te diga, Megan, así que te vas a quedar ahí, Scar se va a encargar de todo lo que pueda. Ya hablé sobre tu reducción de horario y no quiero quejas ni nada. Salís del set y te vas a la casa con Scarlett, comés allá y te llamo, hablamos y te vas a dormir. 

No quería seguir discutiendo, quería irme a dormir, sin que nadie me hablara y para que yo no quisiera que ni Lizzie me molestara era porque estaba en mi límite. 

- Me entendiste? -preguntó.

No le respondí, simplemente esperé a que se cansara.

- Megan, no tenés cinco años, me entendiste o no?

Silencio.

- Bueno, si lo querés por las malas, o mejor dicho, aún peor, vas a tener toque de queda, así que espero que disfrutes el confinamiento porque no pienso arriesgarme a que te pase algo por tu actual irresponsabilidad.

Cortó y sentí un dolor inmenso en el pecho. No me gustaba pelearme con ella, pero no quería hablar con nadie. 

Le alcancé el celular a Scar y volví a la habitación.

Dormí hasta que Rose me despertó para ir a comer.

En la cena se notó la tensión, pero Scarlett no tenía la culpa de nada.

- Quiero que sepas que no estoy enojada con vos -le dije a Scar.

- En serio? -dijo.

- Sí, sé que lo hacés con buena intención, pero la que me saca es Elizabeth.

- Ella también lo hace con buena intención...

- Pero se pone en modo mamá y no me gusta. Quiero mi independencia pero ella siempre está ahí.

- Te molesta que Lizzie siempre esté ahí?

- No... sólo que esté tanto... No merezco tanto amor, no de ella...

Entonces nos quedamos calladas, las dos comprendimos a qué iba toda la conversación.

- Mañana hay un acto en el colegio... -dijo Rose que había estado callada toda la conversación.

- En serio? Qué lindo, amor -dije sonriendo.

- Pueden venir las dos? -preguntó.

- Tendría que preguntarle a mi carcelera...digo, novia, a ver si puedo pero seguramente dice que sí -respondí.

Scar y Rose sonrieron también.

ELIZABETH OLSENWhere stories live. Discover now