Capítulo 2

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Capítulo 2

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—Hola, siento interrumpir —sonrío y miro al chico—, pero necesito de tu presencia en el área de historia, ¿recuerdas?

Él titubea e intercala su mirada entre la chica del frente y yo.

—Descuida, tengo clase, ¿hablamos luego? —dice ella y se va tras obtener una afirmativa.

—¿Qué pasó contigo? Creí ser clara: entregar los papeles y regresar, ¿Qué hay de difícil en eso? —digo seria y comenzando a caminar.

—¿Disculpa? No sé quién crees que eres, pero te aseguro que no soy tu sirviente como para que...

Suspiro y me paro en seco para girarme hacia él.

—Bien, lo siento —exclamo cruzándome de brazos—, ¿por qué el señorito...?

—¡Hey!

—¿Estás casado y tienes más de 30? No, ¿verdad? —le doy una rápida sonrisa— bien, ¿por qué tardaste tanto, señorito? ¿acaso te perdiste?

—Algo así...

Matías desvía la mirada de mí por un momento. Parpadeo y abro más los ojos.

—¿Algo así? ¿Qué no conoces el camino al departamento o la biblioteca?

Rasca su nuca con una mano y contesta:

—No es eso, es que no conozco la biblioteca.

¡¿Qué?!

—¿Es broma? —la incredulidad clara en mi voz.

Sin mirarme, él niega haciendo que su cabello se mueva.

—Wow. Ahora me pregunto si conoces más allá de los salones y las canchas.

Y los vestidores, no olvides los vestidores.

—También conozco la cafetería —indica burles.

Ruedo los ojos y le hago una seña para que me siga.

—Esta, donde estamos ahora, es el área de la colección local o como nosotros la llamamos: lectura rápida —explico—, aquí es donde los estudiantes con poco tiempo o que sólo vienen para hacer algún trabajo rápido suelen quedarse. Los estantes de los lados tienen libros generales de la escuela, y es la más pequeña de todo el lugar.

—¿Pequeña? —ríe— Mel, son más de 10 estantes.

—En serio que no bromeabas —susurro.

Nos detenemos al pie de las escaleras centrales y señalo una de las dos entradas que hay a los lados.

—Si caminas para allá...

La Ética del EscritorDove le storie prendono vita. Scoprilo ora