~AMNESIA~ [Len x tu]

Iniciando el plan de reconquista.

Pov. ____

El día era tranquilo, quizás un poco ajetreado por ser fin de semana. Después de todo, las personas naturalmente solía venir con frecuencia a probar las múltiples delicias ofrecidas por el restaurante. Aunque a decir verdad, mis compañeros de trabajo se encontraban mucho menos estresados de lo que yo estaba, algo que a ciencia cierta es considerado como "normal" en los novatos, sobre todo cuando los demás empleados ya tienen denotable experiencia en dicha temporada de clientela.

Precisamente por eso mismo, debía autoexigirme cada vez más en lograr adaptarme a este tipo de ambientes laborales y así no terminar sucumbiendo a la ineficiencia.

—¡Buenos días! —saludé cordial a los clientes de la mesa seis—. ¿Puedo tomar su orden? —inquirí, mientras sacaba de los bolsillos de mi uniforme un pequeño cuadernillo de pasta negra para apuntar los pedidos del dúo de mujeres ahí presente—.

—Sí, tráigame un vermú como aperitivo —mencionó sin darle mucha importancia, una de las jovenes sentadas—.

—También nos gustaría una crema de champiñones como entrada —dijo ahora su acompañante—.

—De acuerdo —asentí escribiendo con rapidez en el papel—. ¿Se les ofrece algún plato fuerte en particular?

—Sí —me miró altanera la primer chica que había ordenado conforme cerraba su menú—. Un filete mignon con salsa bearnesa.

—Bien —volví a anotar, ignorando con todas mis fuerzas la evidente soberbia de la cliente que me hacía querer golpearla ahí mismo—. ¿Algún vino?

—Vino tinto, por favor —respondió en esta ocasión la segunda mujer—.

—¿Sería todo? —las miré con duda, sin apartar en ningún minúsculo instante mi amable sonrisa—.

—¿Por lo menos entiendes algo de lo que te acabamos de pedir? —cuestionó la arrogante femina de orbes zarcos y hermosas hebras azulejas—. ¡Sería muy desconsiderado por parte de Oliver que se ponga a contratar personal cuando ya tiene millones de candidatos experimentados en la sala de espera! —trató de intimidarme tan sólo fulminándome de arriba abajo como si fuesemos de diferente especie. Estoy segura de que si las miradas mataran yo tendría millones de estacas incrustadas en ese preciso momento—.

—Ejem.. —aclaró un poco la garganta su amiga para interrumpir nuestro maravilloso encuentro—. Lo que Miku trata de decir es... —postró su dulce vista en mí—. Eres nueva aquí, ¿no?

—S-sí, s-soy e-empleada nueva —tartamudeé por los nervios—.

—Un placer conocerte, soy Kasane Teto —se presentó—. Y ella es mi amiga, Hatsune Miku —la señalo con los ojos—. Disculpa su carácter. Suele ser algo hosca con las personas fuera de su clase social ya que su prometido es un famosísimo multimillonario con poder —confesó irónica, apenas en un silencioso susurro audible sólo para mí, que me hizo reír dulcemente ante su sinceridad mostrada—.

—El placer es todo mío, señorita Kasane —me reverencíe en muestra de respeto, más que nada para la afable pelirroja que me hablaba—. Yo me llamo ___.

—Tch... —escuché el repentino gruñido colérico de la peliazul, quien irrumpía descaradamente esa amena conversación que tenía junto a Teto—. Dejen dichas trivialidades informales para después. Vine a comer, no a oírlas cacarear.

—¡Hey! —mi cuerpo se sobresalto ante aquella enérgica voz haciendo acto de presencia y resonando en mis oídos—. ¿Qué tanto le hacen a mi empleada estrella, chicas?

—¡¡Oliver!! —exclamó la de burdeos mechones de cabello con alegría de verle—. Cuanto tiempo, ¿eh? —río—. Usualmente es complicado encontrarte deambulando en tu propio negocio.