—¡¿Dime que más quieres de mí?!— gritaba sin importarle el como los tentáculos de su captor se movían oscilantes tomando posiciones de ataque —¡Estoy harto de ser tu puto juguete y de toda esta mierda!

—Geno, cállate— espetó conteniendo su ira mientras apretaba su entrecejo en un intento de calmarse, pero no sabía por cuánto tiempo más podría lograrlo.

—¡Dame una puta respuesta Nightm-!

De un sólo golpe en su mandíbula la Pesadilla calló al contrario quien no dejaba de mirarlo con odio.

—Deberías agradecer que no te mato— sus palabras sonaron espesas, contenidas en un mar de emociones que apenas él mismo entendía. Deseaba estrangularlo al punto de dejarlo con sólo un hilo de magia que mantuviera con vida su alma pero otra parte de él se lo impedía, la misma que lo ha hecho jugar este tonto papel de enamorado.

—Pues sería mejor que lo hicieras— gruño sin ser consciente de sus palabras, hablando sin ningún tipo de filtro lo primero que pasara por su mente —Así tal vez podría volver a ver a Reaper.

Geno sabía que sus palabras no tenían sentido alguno pues la Parca sólo cosechaba en su universo, pero ante lo cegado que estaba en ese momento por la frustración no pudo evitar verlo como una posibilidad mezclada con anhelo.

Pero para Nightmare aquellas palabras fueron la chispa que encendieron sus celos, llenándose de una furia tan abrupta que en un parpadeo sus falanges ya sujetaban con fuerza las vértebras cervicales de Geno. Éste sólo pataleaba y enterraba sus falanges con fuerza en la masa espesa de oscuridad que rodeaba al ajeno en un intento inútil de zafarse del agarre, mientras Nightmare lo observaba con una sonrisa fría y su orbe cian envuelta en locura.

—Suel... agh... ta...me ugh— su voz ahogada apenas era audible.

—¿Ahora pedirás clemencia mascota?— dijo con sorna mientras aumentaba la fuerza de su agarre y sentía los inútiles esfuerzos del contrario por soltarse de él —Creo que es tiempo de corregirte como es debido.

Sin ningún tipo de consideración Nightmare lanzó el cuerpo de Geno al piso, dándole sólo un par de segundos para toser y recuperar algo de aire antes de recibir nuevamente un segundo golpe de parte de una de sus viscosas extremidades que lo mando hasta el otro lado de la sala. Geno trató de incorporarse tras ese golpe con una respiración dificultosa sin haber notado que el ser corrupto ya se encontraba a su lado para darle, esta vez, una patada en su cráneo y volverlo a tirar al piso. No tardo en recibir un par de patadas más en diferentes partes de su cuerpo mientras intentaba en vano disminuir el dolor encogiéndose como un ovillo.

Geno sentía que en cada golpe sus débiles huesos se iban fracturando lentamente, dejando ver como la sangre comenzaba a brotar de algunos de ellos mientras que la mayoría ya estaba amoratados. Se sentía tan inútil al no poder ni siquiera invocar un pequeño hueso para usar como puñal, todo por el estúpido collar que anulaba su magia. Ahora si se sentía como un saco de simples huesos.

Sin darle tiempo de pensar, uno de los tentáculos del mayor se envolvió en la pierna derecha de Geno para levantarlo con brusquedad y lanzarlo de la misma manera contra el piso. Una, dos, tres veces, no sabía realmente cuantas eran las veces que había sido lanzado de diferentes maneras por la sala, pero creía firmemente que en cualquier momento su pierna se desprendería de su cuerpo y él ni se enteraría entre tanto dolor.

—¡¿Así que quieres ver a ese imbécil?!

Nightmare gritaba fúrico mientras azotaba una y otra vez al menor pero se detuvo teniendo un segundo de lucidez entre su ira, la idea era darle un castigo no matarlo. Volviendo a su seriedad de siempre se acerco tranquilamente a Geno, quien apenas mantenía la consciencia. Sus ropas comenzaban a teñirse de rojo en diferentes sectores de sus brazos y su espalda mientras respiraba con dificultad. Nightmare llegó hasta él colocándose en cuclillas para estar a su altura y acarició levemente su mejilla mientras retiraba algo de sangre que había en ella.

Desde Las Sombras (NightGeno)Where stories live. Discover now