x. all gods of agony feast on tragedy

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—Keelin las está preparando, y se ofreció a cuidarlas mientras trabajamos en dar con Alexandra. —explicó brevemente a lo que el híbrido asintió. Por lo que sabía, aquella loba era del linaje de los Malroux, la última descendiente y quien había sido la clave para sacar a sus hermanos del martirio de la mordida.

Sin embargo, se la imaginó lo más lejos de Nueva Orleans una vez su misión fuese cumplida, pero algo le decía que esto estaría lejos de ser así.

―¿Y qué haremos con nuestro inesperado inquilino? ―interrogó Freya tratando de no emplear palabras como «secuestro» ya que eran consientes de que a veces tenían más oídos de los necesarios escuchando las conversaciones.

Niklaus se detuvo al adentrarse nuevamente al baño en orden de cambiar su camiseta. ―Bueno, por los momentos, espero que te hallas encargado de un buen hechizo que no le permita interactuar con ciertas personitas.

Freya asintió confirmando la petición que su hermano le había hecho la madrugada de aquel día a pesar de que este no la veía.

―Eso no es una respuesta, Niklaus ―reprendió ―. No esperarás que conviva con nosotros hasta que estés satisfecho.

―Oh, no, querida hermana ―abrió las puertas dobles francesas para introducirse de nuevo al dormitorio ―. Lo que espero de nuestro inquilino es información precisa y concisa, luego de ello, podremos finalizar con su estadía en nuestro hogar.

Freya suspiró, sabía que a pesar de que estaban hablando en clave, entendía que su hermano se refería exactamente a que una vez que Maxim Dumont probase no ser una amenaza y convertirse en una utilidad, él le daría el mismo trato que extendía hacia el resto de sus aliados. 



En el otro lado del complejo, aquella mañana había comenzado difícil, en especial para Morgan. Su madre no había arribado como la promesa hecha la noche anterior, y ella estaba emocionada por aprender sobre el control de su magia, pues quería curar a los animales del bosque al igual que su hermana mayor, pero cuando la noticia de que Alexandra no llegaría si no hasta más tarde aquel día, Morgan se volvió difícil de lidiar.

Aunque todo cambió tan pronto como la información de que su padre había comprado, literalmente, la pastelería Magnolia's y había hecho traer a la casa bandejas con pastelillos, a modo de recompensa por el heroico acto de sus hijas para salvarlo. Morgan cambió de semblante y su enojo se disolvió casi como por acto de magia, la pequeña Mikaelson se vistió tan rápido como pudo y alcanzó a su hermana, quien ya comenzaba a disfrutar de aquel dulce desayuno.

En el patio, Klaus había destinado una mesa para las tantísimas bandejas y había preparado todo para el desayuno. A su lado, Hope lo asistía trayendo las últimas cucharas a la mesa.

—¿Y tía Hayley? —preguntó Morgan, trepando sobre una silla y sentándose sobre sus rodillas mientras apoyaba los codos sobre la mesa.

—Aun duerme —respondió Klaus, aproximándose y besándole la cabeza mientras colocaba una taza plástica frente a ella —. Pero seguramente Elijah y ella bajarán pronto, no deberán de tardar.

Claramente eso era una mentira; para esas horas, Hayley debía estar aún en compañía de los lobos Crescents requisando el Bayou y enviando grupos a otras partes de la ciudad, mientras que su hermano, había ido en búsqueda de Marcel ―contra toda petición de Niklaus― para hacer uso de la Facción de los vampiros y humanos en la localización de la reina Crescent. A pesar de que para cualquiera, la idea de que Marcel y Elijah estuviesen juntos era pésima, en ese momento no había otra opción.

⁴ 𝐂𝐔𝐑𝐒𝐄𝐃 𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃 | Klaus Mikaelson ✓Where stories live. Discover now