vii. nest of cobras

Start from the beginning
                                    

Hayley veía como los ojos de su hermana se movían desesperados; pronto con su mano izquierda cubrió su boca completamente cerrada mientras que su mano libre se convertía en un puño oprimido, la híbrida estiró su mano para colocarla sobre el antebrazo en conforte; ella sabía por lo que pasaba aquel momento, hacía menos de veinticuatro horas que había pasado por lo mismo, sentido lo mismo.

—Eso no es todo —habló luego de un finito silencio. Alexandra no la miraba, pero Hayley sabía que la escuchaba. Se humedeció los labios —. El Hollow casi hace que Klaus y Marcel se maten ayer.

Con sus ojos desorbitados alzó la mirada con rapidez; la loba sintió como el aire comenzó a faltarle, pero que por supuesto no se acercaba ni en lo más mínimo a las sensaciones que la cubrieron el día anterior, aún así, las removían. Tragó grueso provocando que su garganta fuese lastimada en el proceso, debido a la resequedad que sentía.

Hayley se masajeaba la frente con su mano libre; el estrés comenzaba a cubrirla. —Por eso no te quería decir nada por teléfono, luego de que desapareciste ayer, comenzó aquella locura. Después de que salváramos a los niños, Klaus comenzó a alucinar con Mikael —resopló al finalizar con aquel nombre que Alexandra recordaba y aborrecía; después de todo, el vikingo le había dejado unas cicatrices de recuerdo —. Pero en realidad era el Hollow que lo había infectado la noche anterior; y le decía que si no mataba a Marcel, él sería quien terminaría muerto al final del día —suspiró —. Por suerte, todo termino relativamente bien. Ninguno de los dos murió.

Alexandra se reclino en su asiento mientras una mano ocupaba su frente tomándola, realmente habían pasado las suficientes cosas como para que ella hubiese desaparecido así sin más. No fue casualidad. Abrió los ojos cuando su mente le arrojó aquellas palabras.

—¿Alucinaciones? —interrogó una vez más señalando la palabra que había dicho, ya que si era así, entonces lo que había visto y presenciado el día anterior no era más que el Hollow jugando con su mente lo que confirmaba sus sospechas de que todo aquello fue con la más pura intención, lo que dejaba la pregunta del por qué. Hayley asintió con duda ante el recalco —. Ellos no fueron los únicos... infectados —humedeció sus labios —. No fui tras ninguna pista que nos ayudase, te mentí. La realidad fue que después de que hablé con Lily, un ruido espantoso me hizo perder la noción y terminé en un callejón —oprimió su mano. Recordar las palabras que le habían dicho, no era nada cómodo —. Ahí vi a Sophie y Jane-Anne.

Aquellos nombres helaron a las presentes; Hayley y Mary compartieron miradas de sorpresa ante aquel hecho, y así como la loba llegó a concluir que quizás el enlace con el mundo Ancestral seguía intacto, ellas también lo hicieron.

¿Vincent había mentido?

Alexandra resopló. —Luego termine en la cabaña del muelle —bajó la mirada —. Ahí vi a Irhina Morganson —confesó con enojo en su voz. El cuerpo de Hayley se tensó ante aquel hecho, claramente esas eran las pruebas de que lo que pensaba podía ser una gran posibilidad —. Pero no fue si no hasta que llegue al lugar donde murió el culto la noche anterior... —tragó grueso, su labio inferior tembló ante la pronunciación del nombre pero lo apretó —. Ahí vi a Jack.

La taza que Mary sostenía se estrelló contra el suelo causando un estruendo lo suficientemente alto que ocupase el silencio que se formó después del nombre que soltaron los labios de la loba. Alexandra miró a la vieja con ojos ligeramente llorosos; la mujer se sostuvo de la encimera frente a ella para que sus piernas no le cedieran, pasó los ojos desde la vieja Dumas hasta Hayley quien no poseía ninguna expresión, estaba en blanco.

Alexandra carraspeó su garganta evitando que las lagrimas y cualquier sollozo saliesen al hablar. —Después de eso, no recuerdo bien lo que pasó, hubo una tormenta espantosa y cuando volví en mi, ya era de mañana —Hayley aún tenía esa expresión en blanco —. Y fue cuando tome tu llamada.

⁴ 𝐂𝐔𝐑𝐒𝐄𝐃 𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃 | Klaus Mikaelson ✓Where stories live. Discover now