⁴ 𝐂𝐔𝐑𝐒𝐄𝐃 𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃 | Klaus Mikaelson ✓

vi. i hear you knocking

Sin notarlo se halló a un costado de la cama observándolas mientras su mano se posaba sobre la frente de la mayor de las niñas; Hope había recobrado su temperatura corporal común tan pronto como regresaron la noche anterior del Bayou, la llamada de Freya había sido la confirmación a que lo que sea que quería a los niños, los había dejado ir tan pronto se deshicieron del enlace, lo cual en lo que ella continuaba comprobando, era cierto. Hope estaba tan sana como siempre y no parecía haber repercusiones de cual fuese el hechizo que habían lanzado en ella.

La puerta intentó cerrar nuevamente con delicadeza para no despertarlas aún, a pesar de que habían dicho que saldrían en la madrugada, todos estaban exhaustos, habían sido días demasiados movidos; desde la recuperación de Klaus y el despertar de sus hermanos hasta el hecho de que habían tenido que lidiar con un ser más allá de su comprensión. Una vez en la parte de abajo del complejo masajeó su cuello, el cansancio y el agotamiento querían golpear en ella; tenía más de veinticuatro horas despierta, en alerta, esperando el ataque de lo que se escondía entre las sombras.

Pronto vio una cabellera cobriza recostada en uno de los sillones a lo que al acercarse notó como Niklaus estaba profundamente dormido; sin duda pensó que era extraño que el híbrido no llegase al dormitorio durante la noche, pero en parte lo agradeció, ya que así no tenía que fingir dormir cuando sus pensamientos no dejaban de mantenerla despierta, pero ahora su mente recolectaba lo sucedido cuando arribaron entrada la noche; al llegar pusieron al corriente a Freya y Layna sobre lo sucedido con los niños y las cosas en el Bayou a lo que se debatió un poco al respecto, pero después de ello todos estaban simplemente exhaustos y decididos a entregarse a los brazos de Morfeo, sin embargo, Niklaus había intervenido muy poco en la conversación y simplemente cuando se repartieron las pocas habitaciones que se hallaban en buen estado, el híbrido decidió no seguir a Alexandra a la de ellos bajo la consigna de que se quedaría ahí pues el sueño no lo había invadido, ciertamente ella no le dio mayor importancia ya que seguramente solo quería velar por el sueño de las niñas y ella tenía problemas mayores en su mente, pero sin duda, cuando se despidió de él pudo notar que se veía perturbado.

La loba simplemente negó con suavidad apartando aquellos pensamientos de su mente; ella estaba lo suficientemente paranoica como para desmenuzar cualquier acto o conversación que tenía, veía enemigos en todos lados. Tomó la chaqueta que reposaba sobre el espaldar de sofá para luego dirigirse hacía el híbrido, al estirarla para cubrirlo pronto se halló sorprendida y un poco asustada debido a que Niklaus la tomaba de la muñeca con fuerza luego de que despertara con exasperación.

—¡Nik! —soltó sin darse cuenta que había alzado la voz debido al susto. Niklaus al verla tenía nuevamente esa mirada perturbada pero al notar que la tenía bajo su agarre la soltó. Alexandra vio como de su frente corría alguna que otra gota de sudor.

—Perdón, perdón. —dijo una vez que sus manos se encontraban cubriendo su rostro. Alexandra lo había detallado por unos segundos, a lo que rápidamente comprendió de que se trataba aquello.

—¿Pesadillas? —interrogó una vez que se acercó a él. Niklaus alejó las manos de su rostro para luego quedarse mirando el suelo con fijación, Alexandra extendió su mano y la llevó hasta el mentón de él, luego lo levantó para que la viese a los ojos —. Todo esta bien, Nik. Ya no estás ahí.

Alexandra comprendía que aquello debía ser espantoso; descansar en el mismo lugar que fue tu prisión, claramente Klaus no le había hablado de ello —tampoco habían tenido el tiempo— pero sin duda eso era lo que lo atormentaba. 

Acarició con su pulgar la mejilla del híbrido. —No me di cuenta cuando me quedé dormido en el sillón. —suspiró mientras mantenía los ojos cerrados apreciando el tacto de Alexandra —¿Pudiste dormir algo?