❝𝙎𝙩𝙖𝙧𝙢𝙖𝙣❞┊𝐕𝐨𝐥𝐤𝐚𝐜𝐢𝐨

☆Un Café con Historias☆

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(Aviso: tiene varios saltos de tiempo a distintos momentos de su día)

Caminaban uno al lado del otro, dandole la espalda a la piramide de entrada a el museo y al palacio que rodeaba esta entera, Horacio interrogada animadamente a Volkov sobre sus viajes, en el camino de vuelta ayer para trasladar las obras el ruso le habia comentado que antes solía viajar bastante y que recorrió grandes lugares en el mundo, y el moreno vestido ahora totalmente de blanco no paraba de preguntarle sobre sus viajes.

–¿Dices que estuviste en Egipto pero no fuiste a ver las pirámides? ¿en serio?–Cuestionó casi incrédulo el mas bajo, colocandose frente al ruso y caminando hacia atras para demostrar su sorpresa.

–Ojalá haber ido, solo que...Habia una tormenta de arena en ese momento y no nos permitieron salir–Dijo casi al instante, mintiendo, claramente no podia decirle que en realidad las civilizaciones egipcias de antes de cristo no dejaban a extraños acercarse a las pirámides.

–No jodas, que mal, ojalá poder ir algún día yo...–Iba a seguir hablando pero detuvo su voz al mismo tiempo que sus pasos en reversa, con su mirada perdida entre las curvas de la cúpula del palacio y la punta de la pirámide, instalando una sonrisa instantánea al ver las nubes bien formadas arriba del lugar, casi como si estuvieran pintadas en óleo.

–¿Que sucede?–Preguntó curioso el ruso, dándose la vuelta para ver que miraba su acompañante.

–P-Perdon es que...El palacio se ve muy bonito así–Contestó aún medio perdido entre las nubes que pintaban el celeste arriba del lugar entero, Volkov miró un rato también el cielo y luego vio el perfil del chico.

A lo largo de su vida en la tierra, Viktor se habia cruzado con muchas personas con ganas de saciar su apetito de respuestas durante su estancia en el planeta, personas que harían lo que fuera con tal de conseguir respuestas hasta de la cosa más insignificante, o incluso de poder encontrar algo por lo cual serian reconocidos por miles y millones de personas. Pero solo era eso, buscar respuestas por poder y fama.

En cambio la sed que tenia Horacio era diferente a la de todos, el no buscaba fama, ni dinero, ni nada material, y tampoco buscaba encontrarle el sentido a algo tan complejo como la vida, el solo queria saber por que eso lo hacía feliz, escuchaba cada historia con brillos en los ojos como si fuera hasta el mas increíble cuento de hadas del mundo. El mismo brillo que se presentaba en esos casos ahora estaba mientras los dos colores de sus ojos delineaban las curvas y formas de las blancas nubes, y el que tuviera la misma admiración que le tenia a la historia a algo tan infinito como el cielo le hacía sentir de una manera rara.

No entendia por que el moreno admiraba así el cielo, pero quería saber que sentía al observar arriba de su cabeza.

–Juguemos algo–Propuso el de cresta de golpe–El que sepa más cosas de historia gana.

–Me parece bien–Contesto mientras ambos volvian a su camino en dirección a una cafetería–¿Sabes la historia del palacio atrás nuestro?

–....

–..¿No? ¿en serio?

–¡Es que nunca la recuerdo espera!

°•☕꒱࿐☆˚.•*ೃ

–Em...déjame pensar. ¿El Lago Vostok?– dijo para luego darle un sorbo al vaso de cartón en su mano, degustando el sabor del café con leche que se habia pedido.

–Mhh. El nombre es ruso, no?, me suena–Razono en voz alta mientras apoyaba su cara en una de sus manos mientras que con la otra movía el palillo de madera dentro del líquido amargo de su vaso.