Entrenamiento de verdad.

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—Por qué no intentas eso ahora.—sugiere— has de cuenta que te lo ha pedido sólo a tí para burlarse.

Miro el saco, mentalizándome a Joiner detrás de mi con su cara de "Es un estúpido niño rico, no podrá hacerlo".

Lanzo un puñetazo y este choca duro contra el saco. Logro moverlo un poco de lugar, pero la mano me duele como el puto infierno.

—Auch.—me quejo en voz baja mientras tomo mi mano entre las rodillas agachándome un poco por el dolor.

—Hmmm, creo que no funciona. Mejor haz lo que yo... — sonríe.— me mentalizo en el saco, la cara de alguien a quien odio y detesto, el resto es historia.

Mentalizarme la cara de alguien a quien odio o deteste. La verdad es que un solo saco no me alcanza, pero probaré con mentalizarme la cara de Chanyeol.

Miro el saco atentamente, imaginándome que allí está esa perfecta cara con ojos oscuros y cabello rubio que me mira sonriendo. Pero luego lo recuerdo semi desnudo con Jaemin en mi cama. Entonces largo un puñetazo y luego otro. Las manos me duelen como los mil demonios, pero el odio que guardo dentro ha logrado que mueva un poco más el saco y que ya no de tanta pena en cuánto mis golpes.

Vuelvo a mentalizarme en una cara y esta vez elijo la de Jaemin. Le suelto un puñetazo en el centro. Luego dos, tres, cuatro. Trato de hacer la patada que nos enseñó Lee, pero me caigo al golpear el saco. Algunos idiotas se rien por mi caída. Me levanto del suelo e intento de nuevo la patada y esta vez sostengo mi equilibrio pero el saco es pesado así que necesitaré rejuntar más odio.

Concentro mi odio imaginando la cara de Jihyo y de las demás empleadas que reían victoriosas al verme en el auto rumbo a este campamento.

Le suelto tres puñetazos en el centro, luego la patada, los codos, y luego comienzo a pegarle puñetazos sin parar, tan fuertes que termino tirando el saco al piso y mientras está en el piso lo pateo.

Morti me aleja del saco y me mira asustada. Yo vuelvo en mí mismo y miro al saco tirado en el piso. Mis puños ya están morados y raspadísimos. Mi respiración está demasiado agitada.

— ¿A quién le tienes tanto odio?— pregunta Morti ayudándome a levantar el saco del suelo. 

—A nadie Morti, no te preocupes.

Estoy cansadísimo y adolorido. La verdad es que ni ganas de comer me dan. A demás de que con lo adoloridas que tengo mis manos no creo poder articular movimiento para agarrar un tenedor. Pero nos obligan a ir a la cafetería por comida. Ha sido una larga mañana de entrenamiento y golpes.

Morti y yo nos sentamos juntos. Realmente estas lentejas con carne grillada no tiene aspecto muy apetecible, pero no queda otra que tragárselas todas. 

No creo que pueda seguir golpeando un saco, nisiquiera si me ponen una almohada, así que cuando terminamos de comer, me acerco a la señora del peinado con excesiva gomina.

—Ah... señor...— digo dudando de las palabras que voy a usar.

—¿Qué sucede marinero?

—Permiso para ir a enfermería a vendarme las manos.— digo aún dudando.

Ella comienza a sonreírse de una manera espeluznante. Yo sólo la observo de un modo serio.
—¿Te golpeaste muñequito? Pues aguántatelo. 

A ver, no le estoy pidiendo algo desquiciado. Necesito vendas. No quiero ser exagerado, pero un raspón más y se me ve el hueso de los nudillos. 

—Gracias, iré directamente a la enfermería.

Le digo contrariándola mientras doy media vuelta para volverme a la enfermería.

Entonces, cuando creí que las cosas no podrían salirse de control en está horrible relación de odio a muerte que tenemos con Cabo Lee, siento una mano en mi cabello que me detiene y me tira hasta el piso.

Pues sí. La tipa me ha detenido de los pelos y me ha bajado hasta el piso. Entonces como sabrán que esto no se queda así, estando en el piso, patee su pierna derecha y traté de incorporarme lo más rápido que pude. 

En una pelea mano a mano contra una Marinero con experiencia, está claro que no puedo ganar aún así Lee sea mujer. Más aún así sabiendo que soy pésimo peleando. Pero ella comenzó así que voy a terminarlo.

Cuando levanta su rostro la empujó bruscamente. Me da miedo darle un golpe y terminar de hacerme añicos la mano.

Entonces ella, claramente me lanza un puñetazo al pómulo y yo cierro los ojos y lanzo manotazos débiles, mientras sigo recibiendo golpes, en las costillas, en la cara, en todos lados. 

Ella me golpea muy duro en el estómago y pierdo el aire cayendo al suelo, tratando de buscar que mis órganos y mis pulmones comiencen a funcionar otra vez.

—¡Qué carajos sucede aquí!— siento una voz, pero no puedo ver su rostro porque estoy tumbado, tratando de levantarme. 

Unas manos firmes me levantan del suelo y me sostienen como en un abrazo, sé qué es Jimin porque reconozco un pequeño tatuaje que lleva detrás de su oreja de encubierto. Él me coloca en pie y luego me  pregunta si estoy bien. Asiento mientras me giro a ver quién ha impedido que la idiota de Lee me siga pateando en el piso. 

—Cabo.— dice el Sargento Kim. — suspendido hasta nuevo aviso. Retírese.

—Pero...

—¡LÁRGUESE!

Jimin me sostiene de la cintura y de un brazo que pasó por sus hombros. Poco a poco recobro el aliento, pero aún así él no quiere soltarme y me ayuda a  caminar hasta que llegamos a la enfermería.

Cuando llego, me siento en la camilla con su ayuda.

—Gracias Jiminie.

—De nada príncipe. — dice mientras pasa una mano divertida por mi cabello.

—Marinero Park, puede retirarse.— dice el Sargento Kim mientras entra a la sala de enfermería.

—¡Señor, sí, Señor!— dice haciendo el saludo formal. — luego nos cuentas qué pasó.— murmura en mi oído y luego se retira.

El sargento mira a Jimin cuando se va y luego me mira a mi levantando una ceja.

—No me sorprende que no pasaras ni un día sin meterte en problemas.— dice mientras hurga en unas cajuelas de lata y saca algodón y pinzas.

—Ese fue entrenamiento de verdad.—me acomodo mejor en la camilla un poco adolorido.

—¿Qué pasó?

—No fue mi culpa, lo juro.— digo, mientras me toco el rostro y siento a la par de mi ojo una cosa que parece un tumor. — yo le pedí permiso para ir por vendas. — alzo mis manos y muestro mis puños lastimados.— Entonces ella me contestó feo, yo no le hice caso y di media vuelta para ir por vendas de todos modos. Y ella me tomo del cabello y me tiró al piso, bueno... no podía sólo dejar que abusara de su posición.

Tengo el permiso de 1TorettoM para adaptar la historia. Absolutamente todos los créditos para ella. Historia original en su perfil. ♡︎

¡Señor, sí, señor! «KTH & JJK» (Adaptación)Where stories live. Discover now