04.

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04.
Londres Inglaterra.
2023

El sol empieza a salir de su escondite y yo me encuentro al borde de la cama, mi respiración es tranquila y una vista perdida hacia el suelo.

La puerta suena y al abrirla una sirvienta entra a la habitación deseandome buenos días, deja una charola con una taza de té y terrones de azucar sobre una mesita y se dispone a levantar las cortinas de la habitación.

—El señor Malfoy y el jovén Scorpius se encuentran en el comedor desayunando.—Menciona la agradable mujer.—¿Quiere que avise y le preparen un plato en la mesa o desea desayunar aquí en sus aposentos señorita?

Después de tomar una bata y unas balerinas, escucho el sonido de los cubiertos chocar entre los platos de porcelana y metal. Entro al comedor con una sonrisa que emana Scorpius una vez que voltea a verme, por otra parte el otro hombre no se molesta en hacerlo, no después de lo que sucedio anoche.

—Haz despertado.—menciona mi novio.

—Lo lamento, no pude dormir anoche.—Respondo sin quitar los ojos de encima al hombre que es cabeza de familia.

Tomo asiento y una señorita se dispone a servir cordero en pure de tomate, dejando también un vaso de jugo de naranja y un pequeño plato de fruta, granola y miel.

—Buen, provecho señorita Dominique.

—Le agradezco.—Sonrio levemente a la mujer y vuelvo a la apaticidad.

Los tres comemos en silencio, disfruto de los sabores pero es inevitable no quitarle la mirada a esos ojos grises y bastante lindos.

Poco después, Scorpius habre la boca terminando el silencio.

—Cariño, saldre con unos amigos esta tarde. Partida de golf a las cinco.

—Adelante diviertete, yo saldre nuevamente a la ciudad.—Respondo tranquila.

—¿Con Charlotte?—Cuestiona curioso.

—Si.—Miento.

Ahora el hombre me presta atención, lo que me causa un poco de conflicto puesto a que su mirada es intimidante y trato de no sonar nerviosa ante los dos por culpa suya.

No quiero quedarme sola, no otra vez. Mucho menos con él aquí. Prefiero perder el tiempo en la ciudad llena de distracciones, personas ajenas al circulo y tal vez comprar algo.

Cruzo la calle con el montón de gente, escuchando a nuestro alrededor una hermosa melodia de opera. Me acerco a la mujer que hace que los presentes se queden contemplandola alrededor. Junto a ella hay un jovén simpatico de aspecto aristocratico tocando el violín tan delicadamente, ambos una mezcla perfecta.

Procedo a buscar en mi cartera algo de dinero para dejarlo en una pequeña cajita de madera que esta justo enfrente de ella. Empiezo acercarme pero un hombre se adelanta y deposita un billete de 100 usd.

No pude ver el rostro de aquel hombre, pero su aroma me era demaciado familiar y aun asi se perdio entre la multitud. Deposito menor cantidad en aquella cajita y me alejo igualmente.

Busco aquel hombre entre todos los hombres que caminan por estas calles luviosas. Intento ver un rostro conocido hasta al fin encontrarlo, va caminando hacia un callejón. Acelero el paso pero la gente lo evita, sin darme cuenta choco contra un cuerpo varonil perdiendo de vista a la persona que queria encontrar.

Veo el rostro del hombre cuyos brazos fuertes me sostienen. Ojos azules, cabello color chocolate y pecas difuminadas. La última vez que lo vi estabamos en aquel puente, sostenia mi mano con delicadeza y su sonrisa era muy agradable.

A ESCONDIDAS | d.mWhere stories live. Discover now