Capítulo 2

3.9K 477 34
                                    


Kanawut.

El carro se detiene frente a mi casa, me inclino y beso a mi padre mientras Wyatt abre la puerta del carro.

—Hola. —Wyatt sonríe y toma mi mano para ayudarme a salir. Claramente ha estado esperando mi llegada, ya que no vino a la boda.

—Hola, Wyatt. —Sonrío de regreso

—¿Cómo estuvo tu noche?

—Maravillosa, gracias. ¿Cómo estuvo la tuya?

—Bastante aburrida.—Sonrío mientras camino.

Wyatt está en los treinta y algo de años y es mi guardaespaldas. Por lo general, viene conmigo a todos lados. Hace seis años, cuando la empresa de mi padre empezó a comprar casinos, nuestro mundo cambió de la noche a la mañana. De repente, las personas con las que hacía negocios no siempre eran tan respetables como nosotros. Necesitábamos protección de lo desconocido, y fue entonces cuando nos asignaron guardaespaldas que debían seguir todos nuestros movimientos. Mi madre no tenía uno con ella el día de su accidente y sé que mi padre siempre ha cuestionado el que, si ella hubiera tenido uno las cosas serían diferentes. ¿Estaría todavía aquí con nosotros? Solía odiar la seguridad, pero ahora estoy acostumbrado, y al menos Wyatt ya no machaca tanto con controlar cada uno de mis movimientos. Mirando hacia atrás, veo a tres de ellos en el carro detrás de nosotros. Van a donde quiera que él va, y ninguno de ellos jamás me mirará a los ojos. Sé que es porque mi hermano les ha advertido de las consecuencias si uno de ellos se me acerca. Wyatt es diferente, él me tiene confianza. 

 Le digo adiós a mi padre y luego camino por el sendero hacia mi casa mientras el carro se aleja lentamente, de regreso a la casa principal. 

—Buenas noches, Kanawut —llama Wyatt.

—Buenas noches, Wyatt. Gracias.

Después de cerrar la puerta detrás de mí.  Agarro mi computadora portátil y me siento en la encimera de la cocina. ¿Quién eres, señor Suppasit? Escribo su nombre en Google, frunciendo el ceño inmediatamente. Espera. ¿Es su primer nombre Suppasit o su apellido Suppasit? Se presentó como Suppasit, pero pensé que ese era su apellido, por eso lo llamé señor Suppasit. Pienso en lo que dijo Mild sobre él y saco mi teléfono para marcar su número. Él responde al primer timbre.

—¿Oye dónde estás? —pregunta rápidamente.

—Oh, volví a casa.

—¿Por qué?— Muerdo mi labio inferior para dejar de sonreír.

—Fui abordado por él infame señor Suppasit.

—Joder. ¿Qué pasó? —jadea. Miro mi reflejo en la ventana de la cocina y me encuentro sonriendo.

—Me siguió al baño y luego me besó.

—¿En serio?

—En serio. Recuérdame su nombre, por favor.

—¿Olvidaste preguntar eso mientras su lengua estaba en tu garganta? —Se ríe y yo hago lo mismo.

—Sí, más o menos.

—Su nombre es Suppasit—. Escribo Suppasit en Google y aparecen un millón resultados. 

—¿Su primer nombre es Suppasit o su apellido Suppasit? Estoy confundido.

—Dame un segundo, estoy tratando de recordar. Oh —él balbucea —. Es Suppasit Jongcheveevat.

Escribo el nombre que me indica Mild en el sistema de búsqueda y la pantalla se llena de inmediato con imágenes de él, mi sonrisa regresa.

Sr. SuppasitWhere stories live. Discover now