Starbucks ➳ j.b

Cuarenta

Después de unas horas, el pequeño Jesse nació.

Juro que mi corazón se derritió cuando oí su llanto llenar la habitación, indicando que todo estaba bien.

Fuiste tú quien logró sostenerlo primero, y presentármelo.

Sentí mi corazón encogerse al verlo, era simplemente perfecto para mí.

Y sabía que no iba a ser tarea fácil, sabía que cada día iba a ser una lucha pero me tiene sin cuidado pues tengo un hombre perfecto a mi lado, y un hermoso bebé.

Y todo esto... toda la felicidad que me embargaba en este momento... se debía a esas dos palabras que cambiarían el rumbo de nuestro destino.

“¿me besas?”