Capítulo I.

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- Babydoll! Pagaron por un baile privado en la habitación 12 - gritó un pelirrojo, que estaba detrás de una barra.

- Si, ya voy -

- Oye, Kats - susurró, haciendo un gesto para que se acercara.

- Idiota, no me llames por ni nombre aquí, ya te lo -

- Ya, ya... No te enfades, lo siento, hermano, éste tipo tiene mucha pasta, puede dejarte mucha propina, así que esfuérzate -

- Bien, me esfuerzo de todas formas inútil -

- Como sea, mi chico guapo pagó por un baile así que en unos minutos ya debo irme -

- Deku vino otra vez? -

- Si, parece que le gusto, no? -

- Sucio pervertido, lo voy a acusar con mi tía -

- Y como le explicaras el motivo por el que lo sabes? Imagino que tu "tía" no sabe que trabajas aquí, verdad? -

- Ahg... Cállate idiota -

- Kacchan! Hola pequeño cómo estás? - preguntó el peliverde, acercándose a la barra.

- Deku! No me llames así aquí maldición -

- Bien, lo siento, pero me es extraño llamarte "Babydoll"... Oh... Aquí estás preciosura, estaba esperando en la habitación pero ya comenzaba a aburrirme, tienes para mucho más? -

- Hola Izuku... Estaba por ir -

- Bien... Adiós Kacch... Babydoll - sonrió, tomando la mano del pelirrojo, para llevárselo a una de las habitaciones.

El rubio hizo lo mismo, y se dirigió a dónde debía.

Una vez delante de la puerta 12, entró y dió el servicio que debía dar.

Al terminar tomó la propina y volvió a la sala principal.

Se acercó a una de las pistas y comenzó a danzar, viendo cómo varios hombres debajo suyo tiraban billetes por doquier.

Era bueno en lo que hacía, siempre dejaba babeando a todos cuando se acercaba a un tubo y bailaba.

Sus movimientos eran seductores, claro que se había pegado unos cuantos porrazos al practicar, pero una vez dominó el arte del pole dance, se hizo el mejor.

Todos los hombres morían por pasar una noche con él, pero ya sabían las políticas y condiciones del lugar: "solo bailes, nada de sexo dentro del establecimiento" y no les quedaba más que apegarse a las reglas y conformarse con ver al rubio mover su cuerpo y resistir las inmensas ganas de tocarlo.

Esas caderas apenas anchas y la cintura de avispa deseaban ser talladas, el gran trasero que el rubio sabía mover y ese pecho abultado que suplicaban por ser lamido, todo eso sumado a su sensualidad hacían que todas las noches se llevará bastante dinero -y cansancio- a casa, pues tenía clientes en todo momento.

Mayormente, cuando bailaba en el tubo, cerraba sus ojos, pues ver debajo suyo a todos los viejos babosos y asquerosos deseando penetrarlo, le causaba ganas de vomitar, pero esa noche particularmente, había alguien observándolo desde la lejanía, con un vaso de whisky en su mano y un habano en la otra, y él había notado eso.

Su mirada era penetrante, pero muy diferente a la de los pervertidos que había abajo suyo, era diferente, lo cautivaba, lo seducía.

Bajó del tubo y caminó hacia la mesa que había en aquel rincón, dónde el bicolor de ojos dispares que no dejo de mirarlo estaba sentado.

- Señor, le gustaría un baile privado? - preguntó, sentándose en una de sus piernas.

- No creo poder contenerme si te tengo a solas en una habitación - se burló, arqueando una ceja.

- Pues debería comprobarlo - su táctica era infalible, coqueteaba con los clientes, le cobraba el maldito baile, los dejaba semi satisfechos y se iba casa con un fajo de dinero.

- Como te llamas? -

- Babydoll, señor - susurró acariciando su mentón.

- Que curioso nombre escogieron tus padres, no crees? -

- Pues si, cada uno con sus fetiches, no? -

- Supongo que sí... Bien, estás dispuesto a bailar para mí? -

- Claro que sí señor, vine aquí porque sabía que deseaba un baile a solas -

- Te advierto, tengo gustos exóticos y peculiares -

- Pues espero cumplir con sus expectativas ésta noche, señor - se levantó y tendió su mano.

El heterocromático sonrió y la tomó, dejándose guiar por el rubio a una de aquellas habitaciones que había nombrado.

Katsuki jamás tenía sexo, pero si el cliente le gustaba, le daba ciertos privilegios como besarlo o dejarse manosear un poco, porque claro, también es humano y había ciertos hombres que lo hacían correrse con una sola mirada, y éste era el caso.

Dejaría que aquel desconocido lo tocará a su antojo todo el tiempo que quisiera, siempre y cuando no llegaran a tener sexo estaría bien.

Con una gran sonrisa victoriosa, condujo al mayor a un cuarto vacío, para darle de seguro el mejor espectáculo que vería en toda su vida.

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Hola bebes, como estan?

Uff chicos esta historia...

Aun no tengo fijo su rumbo, pero las ideas que pasan por mi mente respevto a este fic estan muy buenas.

Disfruten y ni se emocionen de que actualice dos dias seguidos, porque voy a seguir subiendo cuando me acuerde unu.

los amo 3 millones

xoxo.

autora senpai fuera-

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⏰ Last updated: Jul 12, 2021 ⏰

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El hombre fetichista - TodoBaku [En Hiatus]Where stories live. Discover now