Capítulo 15: Búsqueda.

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—Confío en ti. —asintió, realmente lo hacía.



***



Martes.


Jennie subió las escaleras de madera a toda prisa, en busca del cuarto de Seokjin.

Con la excusa de que iba a ver a su dizque cita, su madre la dejaba salir más de lo normal y para su suerte, era más que bienvenida en la hacienda de los Jeon. Yangmi la dejaba pasar sin siquiera informar su llegada, lo que le daba una gran confianza a la joven.

Era temprano en la mañana y hacía unos días no veía realmente a Seokjin, solo habían hablado por teléfono un par de veces y si no era porque ella llamaba, bien gracias. ¿Así pretendía fingir el mayor?

—No me has estado llamando. —exclamó Jennie ni bien entró al cuarto sin siquiera tocar, ni nada.

Seokjin notó aquello, pero simplemente dejó pasar el hecho de advertirle sobre tocar antes de entrar. A esas alturas, le daba igual.

—Mmm... No he estado de ánimos... —dijo Seokjin, mientras arreglaba su camisa frente al espejo.

Jennie caminó hasta la enorme cama de dos plazas y prácticamente se dejó caer como bolsa de papas, arrugando un poco el edredón recién tendido.

Aquella chica era muy confianza y sin vergüenza.

—¿Qué pashó? —preguntó, con un puchero que acompañaba su interés al ver a su compañero de travesuras con ese animo.— ¿Es por ese chico Hoseok?

—Nada... No pasó nada...

—Ay cuéntame, somos amigos, ¿no? —se quejó.

—Es que en verdad no pasa nada.

—¿No te dio atención?

—Nos besamos... pero no ha querido hablarme luego de eso. —volteo a verla, yendo a sentarse a los pies de la cama.

—Deberías de mostrarle todo lo que puede hacer. —sonrió, subiendo y bajando sus cejas de forma pervertida.— ¿Sabes dar mamadas?

—Si... Bueno, creo que no soy el mejor, pero se defenderme.

—¿Eres virgen? —Seokjin negó.— ¿Entonces?

—Tengo miedo que me rechace.

—No lo va a hacer, es un hombre. A ustedes les gustan las mamadas, ¿no? —Seokjin bufo, sin saber si realmente funcionaba así y eso que era hombre también.— Aunque no lo creas... yo si se darlas.

—¿Me estas jodiendo? ¿No que eras virgen?

—Pues técnicamente si, pero esos favores ya los he dado. Si quieres te enseño. —se sentó derecha, como si estuviera lista para hacerlo en ese mismo instante, lo que hizo reír a Seokjin.

—No, quizás después.

—¿Seguro? —sonrió de forma coqueta, esperando una respuesta definitiva.

Seokjin asintió: —Deberías guardar tu calentura para el indicado, eh.

—¿Olvidaste en lo que quedamos? Tú me dijiste textualmente que me darías el sexo y la libertad que quisiera a cambio de aparentar gustarnos para sacarte al machito de tu padre de encima, y aun no lo he tenido.

—Pero pensé que hablabas de buscar muchachos por ahí, no estrictamente de mí. Ya sabes que me gustan los hombres, así que no se si funcione. Si quieres podemos salir y buscar a alguien, tal como pensaba que sería.

Paraisos Prohibidos | KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora