Prólogo

6.3K 545 119
                                    

Frotó una vez más la carta sobre su cuello desnudo tratando de impregnar la de sus feromonas, luego la colocó sobre la almohada de manera tal en que fuera visible, miró la habitación a su alrededor

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Frotó una vez más la carta sobre su cuello desnudo tratando de impregnar la de sus feromonas, luego la colocó sobre la almohada de manera tal en que fuera visible, miró la habitación a su alrededor. La habitación tan solo contaba con un armario pequeño, una mesa ratona y una cama matrimonial y una ventana con cortinas blancas;estaba impregnada de recuerdo dulces y amargos, de gemidos y lágrimas que quedaron pintados de manera invisible y de los cuales era el principal productor. Su cuarto para sus celos siempre le pareció de alguna manera triste y vacía.

No tenía una razón por la cual quedarse. Tampoco era una decisión precipitada, lo había pensado en los último dos años que llevaban con su manada. Aunque el hecho de mirar todo limpio y ordenado, sin sus pertenencias lograba provocar en él un sentimiento de soledad, acaricio de manera instintiva la gargantilla de tela negra con bordes naranjas con la figura de un cuervo en el centro, una gargantilla de tela delgada y ancha que cubría gran parte de su cuello; para la sociedad solo significaba un cosa: una propiedad ocupada, y que le había dado Daichi cuando decidió formar parte de la manada, ahora, tan solo reposaba entre sus manos para poder dejarla junto a la carta que había escrito en contra de la voluntad de su Omega interior. Su lobo interior moría de manera lenta y dolorosa ante los constantes tratos de sus compañeros de manada.


No recordaba con exactitud el comienzo de su infelicidad, no recuerda cuando fue el momento en que cálidos abrazos fueron menos constantes, cuando el roce de sus labios con el otro daba la impresión de ser una obligación antes que un simple deseo y lo único que iba en crecimiento era la distancia entre los otros.

¿Cuándo fue que todo empeoró? Se pregunto noches enteras, bajo las sábanas frías de su "cuarto de calor".

¿Fue acaso al término de la preparatoria?, ¿o cuándo Daichi y Suga lograron tener empleos estables? ¿Fue cuando Shoyō se fue a Brazil? ¿O cuándo tanto Noya como Asahi se fueron de casa para viajar por el mundo?


No lo sabe. Tampoco quiere saberlo, sabe que en caso de saberlo llorará todo la tarde pues entonces la respuesta sería clara.

Él era el problema.

Si hubiera sido un poco más constante, más detallista y sumiso, tal vez y sólo tal vez, sus antiguos Alfas y Betas no hubieran tenido que conseguir aventuras de una noche con distintas personas.

Trato en más de una ocasión destruir la distancia que les separaba, besando y abrazando con cariño a Yamaguchi, ordenando y siendo silencioso cuando Tsukishima llegaba a casa luego de su trabajo de medio tiempo en el museo, o dándole un pequeño masaje en el cuello a Sugawara y Sawamura cuando los veía estresados.

Nada sirvió.

Nada sirvió

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Manada. Omegaverse.Where stories live. Discover now