Ep.20 : 新闻

Comincia dall'inizio
                                    

San casi tira la silla de la emoción al levantarse de golpe, el té dentro de la taza de agitó peligrosamente por el salto dado, YunHo se asustó, pero no se molestó en mirar si había tirado algo, aún siendo que sí lo más probable es que no se hubiera percatado de ello. Saltó sobre Jongho, y este, tuvo que intentar equilibrarse varias veces para no caer al suelo al tener a su amigo colgado de sus hombros.

—Hola, Sannie.— Susurró acariciando su espalda, el nombrado se refugió en su cuello aspirando su aroma al perfume de The one que le había regalado años atrás por su cumpleaños, un poco cambiado, quizás por no olerlo en tanto tiempo, pero igual de agradable. JongHo sonrió.

—Te he echado de menos.— Habló sin querer deshacer el gesto. Jongho acarició con cariño su cabello.

—Pero si hablamos hace dos días por teléfono, carapinga.— Dijo soltando una risa baja. San se encogió de hombros.

—No es lo mismo.

—Qué empalagoso.— bromeó separando al mayor con delicadeza, quien le sonrió al borde de la euforia.— Supongo que yo también te he echado de menos.

—¿Supones?— Preguntó alzando una ceja con cierta picardía, JongHo evitó el contacto visual.

—Idiota.— San se carcajeó, acostumbrado a la actitud poco cariñosa de su amigo y disfrutando de ver sus esfuerzos, siempre le había costado expresar afecto.— Yo también te he echado de menos.

—Qué empalagoso.

—Cállate.— Dijo volviendo a abrazarlo durante unos segundos más, evitando que lo viera avergonzado.

YeoSang tosió; siendo que había sido testigo de todo aquel espectáculo de abrazos, comenzaba a ser incómodo para una tercera persona.

—Si no recuerdo mal, hay una habitación vacía en la segunda planta ¿Y si mejor vais ahí a causar diabetes tipo tres a la pared?— Sugirió irónico alzando una ceja, el par de amigos se separó sonriendo.

—Hola, YeoSang.— Saludó, el brujo dejó de lado su actitud un tanto hostil para dejar paso a la profesionalidad, y agitó su mano con gracia en forma de saludo.

—Hola, cielo.— Habló con una amabilidad palpable en el apodo que poco después pareció desaparecer, miró a su al rededor, no tardando en arrugar su expresión. Nuevamente, estaba descontento.— ¿Dónde está HongJoong? ¿Y MinGi?

—MinGi no ha bajado, aún no lo he visto.— Respondió San rascando su nuca, impaciente por ello. Su cuerpo dio media vuelta y apoyó en la barandilla de las escaleras que daban hacia la planta de arriba.— ¡MinGi!— Gritó llamando su atención.

Segundos de espera cegaron la sala esperando a que alguien respondiera a su llamado.

—¡Baja ya!— Dijo una voz no tan conocida como pensaba que sería la de MinGi, no dirigida al remitente. Frunció el ceño: era obvio que se trataba de HongJoong. No esperaba una respuesta por su parte.— ¡MinGi!

MinGi bajó por las escaleras con rapidez, con su aspecto de siempre, aunque le había crecido un poco el pelo.

Si habláramos de cualquier otra persona que no fuera San, el tiempo que había estado separado de su mejor amigo habría sido el igual a un chasquido de dedos. Unos meses no eran para tanto si lo tomáramos de ejemplo en un escrito, en una película, o incluso en una historia contada, sin embargo, era tiempo al fin y al cabo. Choi era una persona que se adaptaba a los cambios, que disfrutaba de la soledad, pero sólo hasta cierto punto en el que dicha soledad se tornaba abrumadora en demasía, asfixiante, como si estuviera desamparado en un espacio infinito sin más compañía que la del fantasma de sus pensamientos nocivos, inseguros.

𝐒𝐄𝐃 || MinJoong [CORRIGIENDO]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora