Darse cuenta.

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Pasaron los años, Katara había cumplido los 14 años y Sokka ya tenia 15, casi 16, sin embargo los dos estaban en su mundo.

Katara se había vuelto algo presumida, el ser la única maestra agua nacida en el Polo Sur en años se le había subido a la cabeza, a pesar de que el sabia que estaba mejor versado en su propio elemento que Katara debido al tiempo que se dedico a entrenar, dándose cuenta de que esa maldición lo podría ayudar a proteger a su familia de la Nación del Fuego, a diferencia de su hermana que prefería practicar un rato y luego pasarlo con las otras mujeres.

A pesar de que Katara estaba algo llena de si misma y era impulsiva también tenia un gran corazón por lo que el continuo protegiéndola de sus decisiones, sin embargo esta vez se había excedido. Encontrar a un niño encerrado en un iceberg no seria peligroso si el niño no siguiera vivo, no se podía vivir congelado en las frías aguas del Polo, pero su hermana no desconfió del niño.

Tampoco pensó en lo que pasaría si entraba al barco que era un recuerdo de todo lo que hizo la Nación del Fuego contra su Tribu, y aun así entro en el y disparo una bengala que seguramente alertaría a cualquier barco del fuego que estuviera cerca, si la luz que soltó Aang cuando despertó no lo había hecho.

Las mujeres se apresuraron a sacar sus armas en cuanto les dijo lo sucedido, escondieron todo entre sus pesadas ropas, listos para aparentar ser simples nativos si los soldados del fuego no los trataban con agresión, pero listos para pelear si los provocaban.

Katara llego solo unos minutos después de que la bengala se disparo, parecía asustada y preocupada, pero abrazaba al niño Maestro Aire como si le preocupara el y no el peligro en que puso a la Tribu, esto se estaba volviendo demasiado.

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Katara estaba preocupada por Aang, parecía que descubrir que la Nación del fuego causo toda una guerra lo había golpeado fuerte, sin embargo muy, muy en el fondo de su mente recordaba vagamente a la Tribu y que debía protegerla.

Cuando llego a la aldea pudo ver que todas las mujeres estaban en la entrada, con Sokka y Gran Gran frente a todas, estaba lista para disculparse, sabiendo que como la única Maestra de la Tribu la perdonarían cuando Gran Gran destruyo ese pensamiento.

-Katara, ¿Qué estabas pensando?, haz puesto en peligro a toda la Tribu, no somos suficientes para pelear contra maestros fuego entrenados si llegan a venir y tu solo les diste otra señal de donde estamos.

Dijo Kanna con una voz tan fría y dura como un tempano de hielo en el centro del Polo, Katara nunca la había visto así de molesta o seria, normalmente solo regañaba a Sokka cuando hacia alguna estupidez pero a ella nunca, pero al ver al resto de la Tribu mirándola igual sabia que ni siendo ella el Avatar se salvaría de lo que vendría para ella.

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Kanna ya había tenido suficiente, sabia que Katara había sido la alegría y orgullo tanto de Hakkoda como de Kya pero ahora se daba cuenta de cuanto la había malcriado, la niña nunca había tenido que hacer nada serio, su hermano se encargaba de la mayor parte de la caza y de mantener a la Tribu.

Cuando la niña quería una parka nueva su nieto se ponía a trabajar, cazaba al perro-oso polar mas esponjoso que encontraba, limpiaba el mismo la piel e incluso el la cocía y bordaba para ella, aun recordaba ese primer año después de que Hakkoda se marchara.

Había estado preocupada por la llegada temprana de la Noche Oscura, pero estaba mas preocupada por la falta de preocupación de Katara, entendía que como maestra agua la pequeña estaba impaciente por que llegara la luna pero ni siquiera pensó en lo que pasaría por la falta de provisiones que tenían.

Kanna observo conmovida como su joven nieto rezaba a los espíritus por ayuda, ella sabia que su nieto no creía del todo en los espíritus pero verlo rezarles por su ayuda la conmovió, ella sabia que Sokka cambio ese día, los otros no se dieron cuenta, pero ella si.

Sus ojos azules, tan comunes en su Tribu se volvieron dorados, brillantes ojos que incluso en la Nación del fuego solo los tenia la Familia Real, ella sabia que su nieto no solo les había rezado a Tui y La, el chico estaba desesperado y rezo a cualquier espíritu que lo oyera, parece que fue el Espíritu Sol, Agni quien le dio su gracia. Y ahora sabia que era lo correcto, su nieto era mas merecedor de ser maestro que su nieta, y si Tui y La no se dieron cuenta Agni si.

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El barco de la Nación del Fuego estaba cerca, la nieve negra que presagiaba lo inminente era prueba de esto, Sokka estaba de pie en la pobre escusa de torre de vigilancia que había logrado construir, en una tierra de nieve y hielo, donde la única capaz de controlar dichos materiales no tenia interés por colaborar, todo lo que pudo hacer fue amontonar tanta nieve como pudo y aplastarla, por lo que ahora veía el barco acercarse a la distancia, listo para lo que sea con tal de proteger a los suyos.

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Ya se que puse a Katara como un personaje materialista, arrogante y llena de si misma pero a mi me parece que así es, quiero decir que me parece bastante creída solo por ser la única maestra agua del polo sur y luego por aprender a controlar su flexión tan rápidamente como lo hizo al llegar al polo norte, y me pareció adecuado ponerla de esta manera en mi historia, no busco ofender a nadie, es solo mi opinión. Gracias.

El Dragón del Sur.حيث تعيش القصص. اكتشف الآن