-- Tendríamos que poner las cámaras, hace mucho-- dijo Gollit.
-- Antes, ya las teníamos. Pero el señor Asis, dijo que los empleados, podrían sentirse incómodos y las quito-- dijo Aderen.
-- Sí porque, es todo un caballero. Qué clase de personas, están trabajando, para el señor Asis? Esto es un lugar, de élite. En los empleados, de esta agencia. Quien puede ser, un espía? -- gritó Geygey.
-- A quien, gritas? Estamos aquí-- dijo Aderen.
-- Quién sabe, si el espía, está por aquí? Se pone nervioso, y se da por aludido, y se delata. Ya sabes, con los gestos, le dan tembleque,  o moviendo, los hombros...
--No haces, más que gritar, a todo el mundo, como un loco. Tienes que dominar, ese carácter. Haber si empiezas a controlate. Ya llevas mucho tiempo aquí-- le dijo Aderen. 
-- Tiene razón-- dijo Gollit.
-- No has podido, enseñarme. Cierto, cierto -- dijo Geygey.
-- Aderen. Ha venido el vigilante de guardia, que estuvo la noche de acampada.
-- Llevalo al despacho, del señor Can. Ahora voy.-- No grites, a la gente-- le dijo Aderen, a Geygey.
-- Vale. 
-- No grites, no grites-- le decía, Gollit.
-- Cómo si tú, no gritaras. Uuff, ouff-- dijo Geygey.

-- Venga. Haz memoria hombre. Intenta recordar. Aquel día, estábamos todos de acampada. Aquí, no quedaba nadie. Quién pudo entrar? Podría ser un mensajero. Alguien. Haber quién, piensa?-- le dijo él, al guardia de seguridad.
-- Sí que vino alguien, señor Can.
-- Quién? -- preguntó Aderen.
-- La señorita...Aylim.
-- Vaya hombre. Y porqué, no me sorprende? -- dijo él.
-- Y porqué, dejaste entrar a alguien que no tiene nada que ver, con la agencia si se puede saber? Me puedes decir, que clase de vigilante de seguridad, eres?-- preguntó Aderen.
-- Me dijo que venía a recoger algo, que se le había olvidado. Y qué ustedes, estaban al tanto. No pude, retenerla.
-- Y tú, te lo creiste. Muy bien. Fenomenal, sí señor.
-- Perdóneme. Lo siento, muchísimo.
-- Por supuesto. Vaya qué sí? Lo sientes. Todos los sentimos.  Vamos ha hundir, esta empresa, y después, nos discúlpanos todos. Qué bonito-- dijo Aderen.
-- Bueno, Aderen. Ya vale. Venga, calmate, vamos. Ya conocemos a Aylim. A veces se pone, muy amenazadora--Y tú. Qué no se vuelva ha cometer un error así. Eh, vale? -- le dijo al guardia de seguridad. 
-- De ahora, en adelante, vamos a ser más cuidadosos todos-- dijo Aderen.
-- Disculpenme. No volverá, a suceder.
-- Pero durante la acampada...aún no teníamos nada de la acampada-- interrumpió ella.
-- Oye Sanem, cariño. Esta es una conversación privada. Podrías dejarnos, a solas, por favor?
-- Pero Sanem, tiene razón. Sí, estábamos todos de acampada. Aquí, no había nadie. Todavía no había nada, decidido. No había eslogan, ni imágenes, ni nada que Aylim, pudiera querer robar.
-- Mm.
-- Sólo hay, una explicación. La misma, de siempre. No puede ser, otra cosa. Estoy convencido. Es eso, claro. Seguro, ahhh.

-- Entonces, hay un topo de Aylim? -- preguntó Gollit.
-- Eso, han dicho. -- respondió ella.
-- Ahhh. Nos van ha echar, a todos. Tenemos un espía, rondando, por aquí. Mirad. Puede ser ella. Mirad que cara de espía, tiene--dijo Geygey, cogiendo a una compañera.
-- Qué dices? Yo no soy. -- dijo.
-- Sólo he dicho, que lo parecías. Cómo un ejemplo. -- Sabéis...lo que nos van a hacer? Van ha traer un camión, y nos van metiendo a todos dentro, mientras nos van moliendo a palos a todos. Nos darán en la espalda, y luego, nos cerrarán la puerta en las narices. Y nos despediran...a todos.
-- Geygey, calmate-- le dijo ella.
-- Creo qué, exajeras un poco. -- dijo Gollit.
-- No...Porque es lo que yo haría, si estuviera en su lugar. Topo, robo, amenaza. Ni que fuera, esto de la mafia.
-- Geygey.-- dijo Gollit.
-- Me habéis, arruinado. Habéis acabado, conmigo. Me habéis, hundido  -- Geygey.
-- Geygey. Pero para, el carro. No tiene, ningún sentido, culparnos, los unos, a los otros. -- dijo ella.
-- Éso.
-- A quien quieres, que culpe, eh? A mí cuñado, que está en el pueblo? O a mí tío, que está de cocinero, en Londres? El culpable, está aquí.-- dijo Geygey, mirando a Gollit.
-- Pero, que dices?
-- El topo, de Aylim, sí.
-- Qué??
-- Sí...Tú siempre te llevaste bien, con ella. Sí. Cuéntamelo todo. Confiesa, habla.
-- Tú estás mal, de la cabeza.
-- Sí, un espía. Ahora, sospecho de ti. Te hizo, un hechizo, cómo si fuera una bruja.
-- No digas, bobadas.
-- Te tiene, hechizada. Sí...Antes no eras, así. Ella va siempre, muy maquillada.
-- Ah.
-- Y lo hace, para ocultar, sus expresiones y ahora tú, haces lo mismo. Cada día, te naquillas más. Podrías, ser tú.
-- Geygey, calmate. -- le dijo, un compañero.
-- Ni Geygey, ni puñetas-- le dijo, con una bofetada.
-- Ohh.
-- No me interrumpas, cuando hablo.
-- Pero entra, en razón.
-- Ahora, ya os dais cuenta, sí. Las cámaras, lo grabaran, absolutamente todo.
Os pillaran todo, exactamente aquí. --  Un momento, un momento. Sanem. Y éstos pusieron cámaras, antes qué nosotros?
-- Por fin, dices algo sensato-- dijo Gollit.
-- Qué? Puede ser, alguien, de fuera, sí. Quizás se coló aquí dentro. Colocó, las cámaras, y luego, se fue. Es muy posible, que fuera así. Mi mente, va a 100 por hora. Me pasa todo, por la cabeza.
-- Eso es razonable.
-- Claro.
-- Tenemos que disimular. Sí es natural. Tenemos que seguir, como si no pasara nada. Tenemos que seguir...nuestra rutina. -- Qué tal, Sanem? Qué te cuentas? Qué pasa?
-- Ahhhh, ya no puedo ser natural. Y ahora, que hacemos? -- preguntó Gollit.
-- Pués vamos ha buscar, las cámaras. -- dijo ella.
-- Pero, cómo las vamos, ha buscar? -- preguntó Gollit.
-- Lo haremos, en secreto. Buscaremos, todos los rincones-- dijo Geygey.
-- Están escondidas. Como sabemos, donde están?
-- De acuerdo. Pués hay que empezar, ha buscar-- dijo ella.
-- Vale. Yo por ahí, ahí, y ahí. Por todos, lados-- dijo Gollit.
-- Muy bien. Natural,  jaja.

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