Capítulo 3.

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 Mis ojos se abrieron lentamente; todavía era de noche, estire mi mano para ver la hora en mi celular «2:34». El lado de Rubén estaba vacío, hacía dos noches que se acostaba a esta hora por hacer directos.

No me molestaba en lo absoluto, pero me había acostumbrado un poco a dormir con él. No sabía como iba a hacer para volver a mi casa y dormir sola... bueno, con Vicent, quien en este momento estaba con Victoria ya que ella me había obligado a llevárselo, y no iba a discutir con ninguna embarazada.

Un sonido en el pasillo me distrajo de mis pensamientos, escuche unos pasos rápidos que iban y volvían, y luego una puerta cerrándose. Unas risas y un bajo murmullo que apenas se escuchaba, necesitaba hacer esfuerzo para oírlo.

Suspiré y me estire, quedando en el centro de la cama, en forma de estrella, mirando hacia el oscuro techo, dejando mi mente volar.

Últimamente estaba asustada de mis propios sentimientos. Me daba miedo sentirme tan cómoda, tan feliz... era como si mi vida me mostrara todo lo bueno que podía tener, para en algún momento arrebatármelo. Y sabía que estaba mal pensar en eso, pero no podía evitarlo y menos hablando de la zona romántica, donde tan mal me había ido en el pasado.

La frase «te amo» era algo que siempre pasaba por mi cabeza, sin embargo no me permitía decirla; antes de si quiera pensar en las dos palabras, me reprendía, diciéndome que no era el momento... sin embargo sabía que no era eso, ya que no hay un momento exacto para decir lo que uno siente, pero el miedo, el temor de que todo cayera... era demasiado para mi; así que tontamente, prefería guardar cualquier tipo de palabra o frase incomoda.

Y si, era una estupidez, porque sabía que Rubén no iba a dejarme solo por decirle eso, sin embargo había algo dentro de mi que no podía simplemente decirlo.

La cama se hundió a mi lado, haciendo que mis ojos se abrieran rápidamente, no sabía en que momento me había dormido.

Me gire estirando mi cuerpo y note a Rubius mirándome.

-No quería despertarte.-susurró.

Solté un bostezo y sonreí.

-Esta bien, te estaba esperando, pero me dormí.-murmuré y volví a estirar mis brazos, esta vez para tocarlo.

Vi como una sonrisa se asomaba en su rostro; sin que le pidiera, se estiró hacia mi y me beso.

-Me ganaste.-declaré en voz baja; no necesitaba decirlo más fuerte, estábamos muy cerca.

Rubén había dejado una luz prendida en el pasillo, así que lo veía, apenas. Sus ojos tenían un brillo particular que hacían que mi corazón latiera más rápido.

Lo bese nuevamente sin poder contenerme, posando mis manos en su cuello. Realmente me costo, sentí todos los huesos de mi espalda sonando, pero poco me importo.

Su lengua comenzó a explorar mi boca, y cualquier tipo de pensamiento se esfumo de mi cabeza.

Mi cuerpo se movió y me senté sobre él. Mis manos no pudieron evitar jugar con su cabello, no podía no hacerlo, era como si de un imán se tratase.

-Me despeinaras.-rió Rubius sacudiendo un poco su cabeza.

Solté una pequeña risa y le volví a sacudirlo.

-Esa era la idea.-respondí con una sonrisa.

Estaba muy cansada, pero también feliz, y estos momentos espontáneos me encantaban.

-¿Te he dicho que eres hermosa?-su voz me dio escalofríos.

Mis manos se detuvieron y lo miré.

-No.-mentí, siempre que tenía una oportunidad me lo decía.

-Eres una mentirosa.-rió, y antes de darme cuenta, él estaba sobre mi haciéndome cosquillas.

No pude evitar reír, intentando alejarme de sus garras.

-De...detente, por... por favor.-todos mis intentos de alejarme fallaron; él era claramente más fuerte que yo.

Sus manos pararon, pero al instante tenía su boca dejando pequeños besos en mi cuello; pero no me hacían cosquillas exactamente. Un pequeño sonido salió de mi boca y supe que me había sonrojado cuando sentí un calor invadiendo mis mejillas.

-¿Qué fue eso?-preguntó con un poco de burla en su voz.

Antes de poder responderle, su boca se unió a la mía nuevamente.

-A pesar de que me encantaría seguir, realmente necesitamos dormir.-murmuró sobre mi boca, repartiendo pequeños besos por mi cara.

Suspiré y asentí.

-Lamentablemente tienes razón.

No me gustaba mucho la idea de frenar, todo el sueño que había estado en mi sistema, ya se había esfumado, pero sabía que él necesitaba descansar.

Con cuidado, su cuerpo se alejo del mío, y nos acomodamos uno al lado del otro, mirándonos. Uno de sus brazos rodeo mi cintura y sonreí inconscientemente cuando comenzó a hacer pequeñas caricias en la zona.

No se en que momento me dormí, pero cuando abrí los ojos, Rubén no estaba y la luz del sol entraba por la ventana.

-Agh.-me queje y gire sobre mi.

¿Por qué mierda Rubius había dejado la cortina abierta?

Un aroma agradable llegó a mi nariz y todo el enfado que había nacido en mi desapareció. Mi estomago gruño y esa fue la señal para levantarme.

Sin embargo, había algo extraño, lo note apenas puse un pie en el pasillo. Una risa femenina brotaba desde la sala.

-Ay Rub, tu nunca cambias.-escuché que la chica decía.

¿Rub? Okey, esto era serio. No conocía a nadie que le dijera Rub a mi novio; y sabía lo mucho que le molestaba ese apodo porque ya lo había intentado anteriormente y las quejas de Rubius me habían hecho frenar. Pero en ese momento no escuché ningún tipo de replica, me sorprendió incluso escuchar una risa de su parte.

Respirando profundo, decidí descubrir por mi misma a la persona que podía decirle Rub sin escuchar ningún quejido.

Camine los pocos pasos que me separaban del salón, y una hermosa morena me recibió sentada en mi sofá, con Rubén sentado a su lado.

-Oh.-exclamó la chica cuando me noto- ¿Quien eres?-preguntó sonriendo amablemente.

Pero esa sonrisa nunca llegó a sus ojos.

Para toda la vida (2da temporada de LCPPU) elrubius y tuWhere stories live. Discover now