Half Boxer [Harry Styles].

《1. Mil veces.》

Acomode mi moño ignorando el enredo que me había hecho, no volveré a hacerme un peinado nunca más en lo que me queda de vida. Esto solía ser trabajo de mi madre pero desde que me mude a Nashville me he dado cuenta de lo difícil que puede resultar estar sola a excepción de que tengo a Harry pero digamos que es como mantener a un niño pero a uno de los mejores. Harry y yo nos habíamos mudado para escapar de lo normal y monótono, él quería ser luchador profesional y yo fotógrafa y no teníamos tantas oportunidades de lograrlo en donde estábamos así que vinimos aquí y él ha mejorado, he hecho un buen trabajo pero lo bueno nunca asegura el éxito, yo me he encargado de pagar mi universidad y buscar empleo hacerme profesional en otras cosas para asegurar un futuro y aunque él no lo tome en cuenta también debería empezarlo a hacer.

El vecindario era hermoso y mi empleo no estaba tan lejos, Harry me había ayudado a escoger el lugar y hasta pago la estadía pero no se quedó a vivir conmigo se quedó en una casa cerca del gimnasio que para él era como su salón sagrado. Las personas eran amables o bueno la gran mayoría lo era, no había hecho amigos, aún era reciente todo esto de la mudanza y digamos que extrañaba a algunas personas que había dejado atrás así que no estaba lista para comenzar amistades nuevas. Por otro lado Harry había logrado un record de conocer casi mil personas en un año, bastante para solo un tiempo y eso que según el aun no había conocido a todas sus nuevas amistades.

-Ella Marie, Jesús creí que no llagarías- sonreí al escuchar la voz de Mathew.

-Solo fueron unos minutos tarde, exagerado.

-¿Unos minutos? Media hora tarde, media hora. No te esperare toda la vida cariño, grábate eso.

-Si gran cosa ahora adentro grandulón.

Mathew era el chico más encantador que podrías haber conocido, era dulce y extrovertido y no sabía si era por el hecho de ser gay pero me encantaba. Era la única persona que se acercó cuando nadie lo hacía y desde ese entonces se hizo especial.

La clase fue casi monótona a excepción de que Mathew no dejaba e hablar sobre un chico que conoció en un tal paseo a la playa, los paseos a la playa son hechos por el comité de bienvenida algo extraño pero cierto, básicamente se trata sobre ir a la playa y conocer gente extraña. Harry siempre asistía pero se negaba a conocer a Mathew, celos de mejores amigos, supongo.

-Creo que ya es hora de irnos- informe- Nos toca la siguiente clase- Mathew me miro con cansancio.

-Creo que necesitas relajarte, deberíamos ir a tomar café o té.

-Admite que tú lo que quieres es no entrar a la clase de fotografía, te vuelve loco el profesor McCurry- Me burle.

-Tal vez, pero eso no quita que me estés volviendo loco con tu estrés necesitas un té caliente o una buena emborrachera querida- Reímos. Ese era mi mejor amigo, totalmente homosexual y sincero.

-No, es solo... Vamos Mathew no empecemos con esto, solo no estoy de buenas- Apreté mis labios en una fina línea-, es absurdo, lo sé.

Mathew revoló los ojos. Si, tal vez estaba algo nerviosa y él lo sabía de primera mano pues no había manera de aparentarlo, Harry tendría hoy otra de sus famosas peleas programadas y a decir verdad esas eran las peores me daban un miedo horrible ya que sus contrincantes eran feroces y fuertes y para nada comprensivos ni compasivos eran como animales enjaulados que deseaban sangre y esa sangre siempre era la de Harry. Siempre la de él. Me daba terror que en ese ring le pudiese pasar algo malo y por más que el negara que esos golpes le dolían a mi simplemente no se me metía en la cabeza, no era tan fácil como eso. Por algo me dicen cabeza dura.

-Tierra llamando a Ell- Mathew agito sus manos en mi cara sobresaltándome- Vaya chica, creo que debería llamar a ese amigo tuyo y decirle que cancelamos.

Negué con la cabeza.

-Como podría yo hacerle algo así, sabes que para él es importante- murmure jugando con mi manos- No será tan malo, siempre gana- mentí. Casi nunca veía las peleas hasta que terminaban solo cerraba mis ojos y contaba hasta veinte, era infantil y hasta extraño pero era efectivo, sin duda.

-Me preocupas.

-Lo sé pero estoy bien.

Mathew acaricio mi brazo antes de que sonara el timbre, salimos del aula. La gente hablando y sonriendo a veces sentía que no podía encajar en ese mundo, el de sonreír he ir por ahí sin preocupaciones de lugar con mis amigos siempre habría algo que no me dejaría hacerlo aunque no podía negar que de vez en cuando podía hacerlo solo con una persona y esa solía ponerme los pelos de punta de vez en cuando.

-Creo que ya llego tu dolor de cabeza.

Harry.

Le di un beso en la mejilla a Mathew y le susurre que lo vería esta noche para luego correr a los brazos de mi mejor amigo, el único lugar en donde me sentía segura desde que llegamos a Nashville. Me dio un sonoro beso en la mejilla, habían pasado unos dos días que me había llamado para su pelea desde entonces no le había visto la cara y no era para tanto, el solía hacerme esto muy a diario pero aun así no quitaba el hecho de que le echara de menos de vez en cuando. Eche un ojo detrás de su espalda, toda su pandilla incluida su "chica" o como Mathew le decía "Su diversión de media hora".

-Hola- susurro en mi oído.

-Hola.

Me separe de él, eso sí fue un gran espectáculo.

-¡Hey, Ell!- Agite un mano saludando a Louis, el formaba parte de su grupo pero era diferente para mí era el más agradable.

-¿Qué tal estas?- me pregunto Harry con dulzura.

-Bien ¿y tú? Habían pasado días desde nuestra última charla- Reclame- No me gusta que pasemos tanto tiempo incomunicados, tus locuras me hacen falta- sonreí con cariño y le di un golpe en el brazo, algo fuerte a decir verdad.

-No tan agresiva- rio- Aun no he comenzado a decirte lo que quería y ya me estas regañando- Volví a golpearlo, esta vez más limitado.

-¿Y que necesitas?- Apreté mi bolso contra mi hombro lista para salir corriendo justo ahora.

-Hay una fiesta...

-Oh, no, no... Harry sabes que esa es la peor manera de pedirme algo lo sabes.

-Es en mi honor- se excusó.

-Sabes que amo las fiestas pero con ellos...- Vi a sus amigos por detrás- No funcionara.

-Una vez- se acercó a mi haciendo un adorable puchero- Por favor, te regresare a las 10 lo prometo.

Tiritee un rato.

-Por favor.

Lo mire- ¿En tu honor dices?- asintió- ¿Puedo llevar a Mathew?- volvió a asentí- Acepto.

Sonrio ampliamente.

-¡Gracias, gracias!- me abrazo- Ven, te llevare a casa. Esto será genial.

¿Por qué sentía que esto me iba a costar caro?

N/A: ¿les ha gustado? :)