Capítulo 34 | Sola

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— Se habrá peleado con su novio — finalizó Darren. — Tenemos que esperar a que salga.

— Bien, tu quédate a vigilar, yo iré a preguntar a los testigos — dije mientras me desabrochaba el cinturón.

— ¿A dónde iras? — preguntó Darren.

— Donde Sam... Quizá él pueda darme respuestas.

— Lo dudo pero no perdemos nada intentando, te llamo si sucede cualquier cosa.

Le sonreí y salí corriendo. No tarde en tomar un taxi y llegar a la casa de Sam. Luego de cinco toques, me abrieron.

— Ya vinieron los de la biblia y ya les dije que soy ateo. — dijo una voz sin mirarme y rápidamente me tiró la puerta en la cara.

Bueno, ese era Sam. Volví a tocar y esta vez sí me miró.

— Ah, eras tú, debí imaginármelo ¿Qué quieres?

— Buenas tardes para ti también, Samuel — dije sarcástica.

— Sí, si ¿A qué vienes?

— No me invitarás a pasar. — alce una ceja.

Él bufo y abrió la puerta de golpe, dejándome el paso, al entrar podía observar todo en su lugar, no sé si era Sam o Brooklyn pero todo estaba en su lugar, bien ordenado.

— Si buscas a Brooklyn, ella salió a ver a su padre.

— Bien...— me senté en uno de los sillones en medio de la sala — Quería hablar contigo.

— ¿De qué? — preguntó dejándose caer también.

Sam era simplemente el resumen de un chico malo, aunque no lo juzgaba, ese aspecto de chico serio y maduro lo había forjado al estar en ese ambiente que lo metió su padre, aunque no lo demostrara, me alegraba saber que había dejado esa vida.

— Quería saber más sobre Ellie.

— No hay mucho que saber, está loca. — resumió con simpleza. — Fin.

Sonreí por instinto, confirmaba aquella teoría pero necesitaba más.

— Eso no lo dudo pero estoy segura que tú sabes algo más. — me atreví a decir. — Desde que llegó parece querer matarme con la mirada ¿tienes idea de porque?

Los ojos claros de Sam demostraron frialdad en todo momento, parecía tan inquebrantable que en algún punto me cuestionaba si eso podía ser cierto ¿Acaso no tenía un punto débil? Claro que sí, todos teníamos uno.

— Por Damon.

— Sé que es por él pero ¿Por qué exactamente? ¿Acaso es eso? ¿Le gusta?

No quería oír la respuesta pero tampoco negarme a ella. Sin embargo Sam hizo algo que me descuadró mentalmente, negó con la cabeza.

— Quizá trate de engañar a todos, incluso al idiota de Damon pero conmigo no funciona. Créeme Dulce, Ellie no lo hace porque te quiere robar a Damon, ella es peor que eso.

— ¿Qué tratas de decirme?

— Que su objetivo no eres tú, que no es a ti a quien quiere lastimar, en fin. — Sam se levantó cambiando su semblante a uno más serio — Deberías de tener más cuidado.

— Pero...

— Estoy cansado de hablar. — Gritó mientras me daba la espalada y se alejaba — Adiós.

— Mierda...— murmure frustrada.

Que Sam me dedicara más que una palabra ya era un logro pero no era exactamente lo que quería lograr, quería una explicación más profunda, saber toda la historia, si yo no soy el objetivo de Ellie ¿Quién si lo es y porque?

Prohibido Enamorarse de Dulce ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora