—Quítate eso y vámonos. —le digo guardando el celular

Bufa y a tropiezos entra al probador.

Sale con el traje y se me lanza encima.

—Llévalo te verías tan hermosa con el. —lo toma y empieza a a caminar.

—No traemos dinero Ashton. Lo gastamos en las botellas que nos acabamos.

—¿Quien dijo pagarlo?

Sale corriendo y corro detrás de él. El de seguridad nos ve y nos empieza a a perseguir. Ashton gira su cabeza y lo veo palidecer.

—¡No quiero ir a la cárcel! —grita y a mi ya me están dando ganas de vomitar.

Me lanza el vestido y yo lo agarro antes de que caiga al piso.

—Ella se lo robó oficial, yo no hice nada. —dice alzando las manos.

—Yo, yo...

—¿Morgan Hans? —pregunta con sorpresa y Ashton sonríe.

—Una foto por el vestido. —propone y sonrío.

—No puedo hacer eso, lo están robando. —dice Y las ganas de llorar me invaden. —Pero es una foto de la inigualable Morgan Hans.

Regreso a la realidad y lo veo con los ojos más abiertos de lo normal.

—Lo robamos, acabo de recordarlo...

—Mierda. ¿Y como es que no estamos detrás de unas rejas? —dice levantadose

—Lo compraste con una foto mía, después de que me hacharas la culpa.

Se ríe y rasca su nuca.

—Eso si lo recuerdo.

—Idiota, en serio que lo eres.

—Tu idiota...

—¿Mío? —pregunto acercándome a él

—Tuyo. —confirma.

🏈📣

Al fin habíamos aterrizado, Olivia y Nox me avisaron que ya estaban en sus casas horas atrás, así que no me preocupaba. Ashton había estado muy callado en todo el vuelo, pero no le pregunte el porqué. Ahorita que vamos para mi casa ha estado inquieto y creo saber. El taxi se estaciona frente a mi casa y Ashton le pide que si lo puede esperar unos minutos lo cual el señor amablemente asiente.

Bajamos y abrimos la cajuela para sacar las maletas, caminamos hasta la entrada y me detengo antes de abrir.

—Deja de preocuparte ¿si? —le digo cuando me giro a verlo

—Es inevitable.

—No me pasará nada, ya estoy acostumbrada a esto.

—Ese es el problema, lo ves como una rutina.

—Mi vida es una rutina, Ashton. —tomo sus mejillas con mis manos y lo acerco a mi cara. —Deja de preocuparte quieres.

—Te llamaré cuando llegue. —me da un beso en la punta de mi nariz y después en mis labios. —Esposa...

—Adiós idiota. —me separo.

—Adiós Bonita. —me da un último beso y se gira, espero hasta que el taxi se vaya para poder girarme y abrir.

Abro la puerta de la casa y siento un gran alivio de ver que mamá no ha llegado, entro y cierro la puerta. Suspiro al ver la báscula, me quito los tenis y me subo.

55 kilos y sonrío.

Tomo las maletas y subo hasta mi habitación, saco la ropa y guardo las maletas en el closet, la ropa la acomodo en los cajones y la cuelgo, guardo los zapatos y acomodo todo que quede en su lugar. Me deshago de mi ropa y me pongo un top y un short para hacer ejercicio.

Lo hago por que vi la luz del cuarto de mi madre encendido y no quiero que ella me pese.

Bajo y voy a la cocina, saco un vaso y lo lleno de agua, busco el suplemento de vainilla y lo vacío en el vaso. Me lo tomo y hago una mueca ante el sabor. Salgo al patio trasero y empiezo a estirar, hago abdominales y sentadillas, hago pesas y algunas lagartijas. Al final corro al rededor y hago algunas acrobacias, me sobresalto cuando veo a mi madre recargada en el umbral de la puerta, se acerca y acaricia mi mejilla.

—Lo vez Morgan, ¿que te cuesta hacerme caso?

—Nada, mamá.

—Vamos a cenar, traje ensaladas.

Bien al menos no se había dado cuenta de mi cabello...

—Te queda bien el rubio, pero el castaño es mejor.

Frunzo el ceño ante su actitud, algo la tiene calmada y eso me inquieta ella nunca es calmada conmigo. Camino detrás de ella, entramos y vamos al comedor, me siento frente a ella y la analizo, esta sonriente y feliz, algo muy extraño en ella, no me grita y no me esta juzgando como suele hacerlo siempre.

—¿Estas bien, mamá?

—Claro que si hija.

—¿Puedes cortar mi cabello después de cenar?

—Claro...

No. no estaba bien, solo me llamaba hija en público siempre es Irina o Morgan nunca hija.

—Formalice mi relación con el entrenador...

El tenedor con la comida se quedó a medio camino.

¡Mierda!

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