Capítulo 30

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Mónica y Rob llegaron casi a las diez de la noche porque el vuelo se atrasó más de lo esperado; ya Tim estaba durmiendo, así que su madre se contentó con darle solo un beso en su cabecita. Luego bajó al salón con una sonrisa espléndida y le mostró a su hermano lo que llevaba en el dedo:

—¡Rob me pidió matrimonio! —chilló alegre como una jovencita.

El moreno, que estaba presente, no pudo evitar reír. La verdad es que tenía miedo de hacerle la gran pregunta, pero Thomas lo animó y todo había salido a la perfección.

—¡Muchas felicidades! —exclamó Thomas, feliz por ellos—. Ya lo sabía, hermanita. Hace mucho tiempo que Rob estaba planeando esto —añadió.

—¿De verdad?

—¡Pues claro! —explicó Rob—. Primero le pedí consejo a Tom, así como su bendición. Las cosas hay que hacerlas bien, mi amor. Luego, cuando compré el anillo, le pedí que lo guardara por mí hasta encontrar el momento indicado. ¡No quería que lo descubrieras!

Mónica sonrió. Las cosas habían salido muy bien, y el fin de semana había sido de ensueño.

—¿Tú estás bien, Tom? Te noto algo triste... —le dijo preocupada.

El aludido negó con la cabeza.

—Solo estoy cansado, Mónica. Todo está bien, no te preocupes.

Su hermana le sonrió.

—¡Yo también estoy agotada! Iré a darme una ducha. ¿Vienes conmigo, Rob?

—En un rato estaré contigo —le contestó el moreno.

Cuando Mónica desapareció, Rob aprovechó para aproximarse a Tom y lo miró con seriedad.

—A mí no puedes engañarme, hermano. Te conozco, sé que algo te pasa. Además —añadió con pesar—, seguí las noticias del juego de los Dodgers y vi lo que sucedió. Lo siento mucho, Tom, ¿es eso lo que te tiene así?

Thomas agradeció el cariño de su amigo. De verdad que Rob era un hombre extraordinario; su hermana no podía haber escogido mejor.

—¿Mónica lo sabe?

—No. A ella no le interesa el deporte y tampoco le dije nada. No quería preocuparla antes de hacerle la propuesta.

—Te comprendo, yo tampoco quería arruinarles la noche. ¡Han venido tan contentos! —La expresión de Thomas era muy triste.

—¿Qué ha pasado? Te conozco, no estás así solo por la Kiss Cam, ¿verdad?

—Danielle y yo terminamos hoy —le confesó abrumado—. La decisión la tomé yo.

Rob frunció el ceño; no se lo esperaba.

—¿Y por qué, Tom? Yo sé que estás muy enamorado...

—Por los mismos motivos que hablamos en una ocasión, amigo. Ella no me ama y no está dispuesta a tener nada serio conmigo. No piensa en casarse ni en vivir juntos... Yo preferí tomar esta decisión ahora, antes de terminar más dañado de lo que ya estoy.

—La verdad es que te noto muy triste...

—Estoy destrozado —le confirmó Tom, intentando esbozar una sonrisa—, pero me repondré de esta. No le digas nada a Mónica hasta mañana, por favor.

Rob asintió y luego le dio un abrazo.

—¡Ánimo, campeón! ¡Sabes que siempre podrás contar conmigo!

—Lo sé, gracias por todo, Rob. Ahora ve con Mónica antes de que se de cuenta. Descansen y tengan una linda noche.

Rob le sonrió antes de retirarse. Thomas era una excelente persona y no se merecía lo que le estaba sucediendo.

Andar a tu lado ✔️Where stories live. Discover now