Herencia
Temo pudo notar como todo el cuerpo de Ari se tensaba. El omega estaba más allá de lo decepcionado pero en aquel momento había sido necesario hacerlo de esa manera, no es que hubiera querido lastimarlo de antemano.
—¿Cómo pudiste? —Le dijo con una voz baja y dura —. Con razón nunca te encontró, como lo iba a hacer si ya sabía dónde demonios estabas —Temo intentó acercarse pero Ari lo alejó —. Tú papá confiaba en él, yo más de una vez me rompí frente a él porque te extrañaba y porque estaba muriendo de dolor sin ti y ese cabrón, él sabía dónde estabas.
—Hay una razón, Ari —el omega se abrazó a sí mismo.
—Tienes veinticuatro horas diciéndome lo mismo, Cuauhtémoc y estoy empezando a hartarme —Temo apretó los dientes —. No quiero pensarlo pero Pepe no estaba tan equivocado después de todo, ¿no? Ni siquiera se te ocurrió pensar en lo que estaba sintiendo o por lo que estaba pensado. Y si no pensaste en mí menos lo hiciste en tu padre.
—No podemos hablar de eso aquí, Ari —él asintió.
—Por supuesto que no podemos. Tu papá está aquí y definitivamente le romperías el corazón si se entera que todo este tiempo nos viste la cara de idiota —Temo bajó el rostro —. Realmente Pepe no estaba tan equivocado cuando dijo que habías sido egoísta —las palabras del omega lo hicieron crisparse.
—No puedes desconfiar de mí de esa manera —le dijo duramente rozando en la imposición. Ari lo reto con la mirada plantándose frente a él con una fuerza que distaba mucho de ser la de un omega cualquiera.
—¿Vas a usar tu voz de alfa para callarme? —Temo apretó los dientes.
—Hace un momento me estabas defendiendo de mi hermano.
—Hace un momento no sabía que le habías dicho a Mateo dónde estabas —Temo iba a debatir ese punto pero fueron interrumpidos por su padre.
—Lamento lo de la llamada, ya sabes, cosas de la empresa —el hombre miró a su alrededor —, ¿y Mateo? —Ari se tensó sólo al escuchar su nombre.
—Tuvo que marcharse, papá. Mañana tenía que estar temprano en la agencia —su papá miró a su reloj.
—Cierto, ustedes no pensarán irse, ¿verdad? —Temo le iba a contestar que realmente lo mejor era marcharse, quería tener una conversación a solas con Ari y era mejor hacerlo en casa pero su padre ni siquiera le dio tiempo —. Les alistamos una habitación, es la más grande de la casa.
Temo no tuvo corazón para negarse, no después de haber escuchado las palabras de Ari, cierto, los había hecho sufrir y aunque había una razón, podía ser que no fuera suficiente sobre todo cuando se trataba de su familia.
Fueron conducidos a la habitación por su padre que iba abrazándoles por los hombros mientras les contaba un montón de tonterías, estaba entusiasmado, celebraba su regreso y lo agradecía. Temo no se quería ni imaginar lo que pensaría su padre cuando se enterara de la verdad sobre su ausencia. Temo podía notar como Ari intentaba disimular su enojo y frustración pero para Temo era completamente notorio por su aroma, necesitaba arreglarlo, su lobo empezaba a inquietarse seriamente, exigía a su omega feliz.
En cuanto su padre les dejó solos la conversación terminó y lo único que quedó fue el aroma denso e irritado de Ari que de nuevo se abrazaba a sí mismo dándole la espalda. Su lobo lo incitaba a acercarse, lo urgía a arreglar las cosas, no podía tenerlo enojado a él y por ende a su cachorro.
—¿Realmente te vas a quedar sin decirme nada? —Le preguntó Ari enfrentándole.
Antes de regresar, tanto Mateo como el capitán Rodríguez le había pedido que hablara con Ari antes de que cualquier cosa y esa era la intención pero no tomó en cuenta su naturaleza, el deseo de su lobo por volver a estar con el omega que era suyo así que fue por eso que terminaron haciendo el amor antes que cualquier otra cosa haciendo todo incluso más difícil.
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Tenebrae
Mystery / ThrillerA los ocho años y tras el atroz ataque de un alfa, Temo pierde a su madre, desde ese momento, decide suprimir su naturaleza como alfa. Años después, convertido en uno de los mejores agentes de inteligencia, un crimen muy similar al de su madre, jun...
